Los machos de diversas especies en el reino animal cortejan con distintas técnicas a las hembras antes de aparearse, como es el caso de los cangrejos, que presumen sus tenazas para diferenciarse de los otros machos, o los pinguinos, que emiten un canto y regalan una piedra para elegir a su pareja.
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En el caso del pez globo japonés, elabora durante días un nido sobre la arena de forma circular que es muy parecido a una mandala, incluso suelen colocar trozos de concha en las orillas para adornarlo y para atraer la atención de las hembras.
Esta especie de apenas 12 centímetros puede demorar hasta siete días en elaborar con el movimiento de sus aletas y cola, el nido que en algunas ocasiones puede superar los dos metros de diámetro.
Los peces globos son muy meticulosos al formar estos nidos que parecen obras de arte sobre la arena, pues incluso, si un alga u otra cosa que pueda quitar la armonía de su trabajo cae sobre la misma, la toman con su boda y la retiran
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Una vez que la hembra observa el nido, ella decide si se aparea y coloca sus huevos en el centro del dibujo sobre la arena. Si es así, en cuestión de segundos la hembra los colocará con un rápido movimiento que agitará la arena y se irá.
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Los científicos aún no logran descubrir en qué se basa la decisión de las hembras o la razón por la que contruyen los nidos de esa forma. En cada temporada de apareamiento de los peces globo, los machos repetirán el ritual.
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