Entre las acciones de sustentabilidad que se han popularizado, principalmente entre los millennials e integrantes de la Generación Z, está el llamado recommerce, que es un estilo de compra-venta con contribuciones ambientales, sociales y económicas.
Esta modalidad de venta tiene la intención de dar visibilidad a los artículos que pueden recibir una segunda o tercera vida, y que pueden ir desde ropa, hasta coleccionables, pasando por electrónicos y autopartes.
La pandemia hizo que muchas personas crearan negocios a partir de lo que tenían en casa. Así, jóvenes y adultos comenzaron a monetizar artículos que tenían en casa y que ya no utilizaban.
Entre los artículos favoritos del recommerce se encuentran los coleccionables, tales como tarjetas, comics y juguetes, que en muchas ocasiones adquieren más valor con el paso del tiempo.
La ropa es otro de los campos favoritos del recommerce, en donde las personas encontraron un negocio potencial del que podían sacar provecho al darle otra vida a las prendas que ya no utilizaban.
“Sabemos lo contaminante que es el fast fashion y las toneladas de basura que produce cada año, por ello darle una segunda vida a la ropa que no utilizamos es de suma importancia”, dijo Karime Bordon, CEO y cofundadora de Oldies CDMX, un emprendimiento dedicado a la venta de ropa de segunda mano.
Esta tendencia contribuye a la conservación ambiental y transmite un mensaje social; los artículos no pierden su vida de manera inmediata, sino que circulan alrededor de diferentes personas de acuerdo con las necesidades de cada una.
Uno de los grandes beneficios de consumir estos artículos es que se genera mucha menos basura y se ahorra una gran cantidad de energía y materiales que se ocuparían para crear nuevos productos.
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