Todos como papás tenemos una preocupación en común: que nuestros hijos no caigan en el mundo del alcohol o las drogas. Los tiempos cambian, pero los vicios nos persiguen como seres humanos, incluso podría decirse que las nuevas generaciones están más expuestas que la nuestra a otras formas de adicción.
Y en este mundo cambiante, como papás tenemos que preocuparnos del alcohol y las drogas, pero también de los vicios y adicciones que surgen desde casa, muchas de ellas sin darnos cuenta, como el refresco, el celular, las tabletas, el contenido por internet y un largo etcétera.
Diego y Carlos platican sobre cómo sus experiencias de jóvenes marcaron la pauta con la que quieren acompañar a sus hijos en el camino de la exploración y el error, en la búsqueda por sobrevivir en el mundo de la satisfacción inmediata, o de la fama al alcance de un click.
Hay un paralelismo inmenso entre las drogas convencionales y las nuevas tecnologías: todas se desarrollan en esquemas similares de soluciones inmediatas junto con recompensas y estímulos constantes. Detrás de la tecnología no hay delincuencia organizada a la cual culpar, por lo que todo se resume a que desde casa podamos comenzar a crear nuevos diálogos que aborden estos temas de salud.