Seguramente has escuchado hablar sobre la falla de San Andrés, incluso hay quienes lo asocian con “el fin del mundo”.
Sin embargo, pareciera que cada vez estamos más cerca y es que los sismos suscitados en California, Estados Unidos, nos han puesto en alerta, pues son considerados los de mayor intensidad en más de veinte años.
Hace tiempo, especialistas en el tema advirtieron sobre la famosa falla de San Andrés, una grieta en la corteza terrestre, la cual recorre casi mil 300 kilómetros entre California, Estados Unidos y Baja California, México.
Esta falla se encuentra en zonas donde las placas tectónicas se unen y con el movimiento generan terremotos de manera constante y de alta magnitud.
Pero, ¿por qué hay que temerle?
En los últimos años no se ha registrado actividad en la zona sur de esta falla y los científicos han revelado temer el día que libere toda la energía que se ha ido acumulando, pues mientras más tarde, más tensión se acumula y dicho terremoto podría ser un suceso devastador.
Cabe recordar que el 18 de abril de 1906 hubo un terremoto que sacudió a San Francisco, en el que murieron miles de personas y que además fue consecuencia de la ruptura de la parte media y norte de la falla de San Andrés.
En la Conferencia Nacional de Terremotos en Estados Unidos, los especialistas advirtieron que la falla está “cargada y lista” para estallar en cualquier momento, representando para California y zonas aledañas, una gran bomba del tiempo.
Para la comunidad científica es seguro que este terremoto, al que llaman Big One, separaría a Baja California de México.
¿Plan b?
Ante el temor por el Big One algunos expertos han presentado propuestas que podrían ayudar a evitar tanto daños, como muertes.
Entre estas destaca la creación de un sistema de alertas de terremotos, para que de esta manera las personas tengan suficiente tiempo para evacuar el lugar en donde se encuentren, tal como en nuestro país.
Y aunque los sismos sean impredecibles en intensidad, fecha y lugar, es importante tener medidas preventivas.