Debido al conflicto que se vive actualmente entre Rusia y Ucrania se han dado a conocer diferentes historias sobre el desarrollo de los ataques, no obstante es poco conocida que desde inicios del siglo XX sus líneas militares utilizaban perros para poder combatir en sus guerras.

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Iván Pávlov, fisiólogo ruso, fue quien inició con esta estrategia de entrenamiento, que consistía en el adiestramiento sobre el condicionamiento clásico de estímulo - respuesta hacia los caninos.

Para poder desarrollar esto, Pávlov comenzó a hacer sonar un metrónomo en cada ocasión en que ofrecía comida a los caninos, por lo que éstos salivaban en respuesta a los “premios”.

La hipótesis del fisiólogo era que los perros terminarían por asociar ambos estímulos como uno mismo, por lo que conseguirá hacerles salivar con el sonido del metrónomo sin que hubiese comida. Así fue como nació el estudio del condicionamiento pavloviano.

Sin embargo, este tipo de acondicionamiento se utilizó inmediatamente para entrenar a los caninos para combatir en la guerra.

Historia: perros rusos en guerra

Para la década de los años 20, el ejército ruso creó el departamento de entrenamiento de combate con especialistas en el entrenamiento canino utilizando como punto de partida el entrenamiento Pavloviano.

Para 1930 se fundó el Instituto Cinológico quien ayudó a publicar el manual de uso de perros del servicio militar del Ejército Rojo.

Los caninos que se unieron a las líneas rusas eran utilizados para distintas áreas: los fuertes y corpulentos para tirar de trineos; los más lentos y atentos eran rastreadores de personas y minas; los más intrépidos utilizados como perros antitanques.

Entrenamiento canino para la guerra

Para que los lomitos pudieran apoyar en los combates, los militares rusos utilizaron la misma estrategia de Pávlov: estímulos a través de la comida.

Los militares escondían su comida bajo los tanques de ataque, por lo que rápidamente los caninos asimilaron que debajo de éstos podían conseguir comida.

A pesar de que el adiestramiento canino era insistente por parte de las líneas de Rusia, el resultado no fue el esperado pues en 1941 los tanques nazis en movimiento asustaban a los perros, quienes regresaban a las trincheras rusas.

Otros más quedaban erráticos ante la presencia de los tanques e intentaban esconderse. Cinco perros de prueba murieron en el intento de ser utilizados contra la movilización Nazi.

Únicamente cuatro perros lograron cumplir su misión y apoyaron activar dispositivos explosivos cerca de los tanques.

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De acuerdo a fuentes de la guerra, se asegura que los caninos lograron derribar hasta 304 tanques en total, por lo que a finales de 1942 las líneas militares de Rusia abandonaron todo intento de utilizar perros como parte de sus líneas defensivas.

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