Willstätt, Alemania.- "Si lo hubiera sabido, nunca habríatomado esta pastilla". Felicitas Rohrer se enfrentará el jueves allaboratorio Bayer en un juicio simbólico en Alemania, acusándolode haber puesto en peligro su vida con Yasminelle, unanticonceptivo oral.
Las sospechas contra las píldoras de tipo Yasmin - que englobanYasminelle y Yaz-, a base de la hormona drospirenona, ya costaron aBayer casi 2.000 millones de dólares en Estados Unidos, que pagóa unas 10.000 mujeres para evitar juicios largos y costosos.
Ahora este laboratorio insignia de la industria alemana afrontael mercado doméstico.
Rohrer, de 31 años, le reclama 200.000 euros en daños yperjuicios. "El dinero no puede reparar lo que yo y otras mujereshemos vivido. Lo que deseo realmente es justicia", insiste la jovenque vive en Willstätt (sur). Quiere, sin hacerse ilusiones, que ellaboratorio "lo retire del mercado".
Ella padece embolia pulmonar y toma un tratamientoanticoagulante que rebaja sus posibilidades de tener hijos. Pierdeel aliento y cuando viaja en coche debe ponerse medias decontención. Era veterinaria pero trabaja de periodista para notener que cargar pesos.
Rohrer gozó de salud hasta junio de 2009, cuando después de 20minutos de paro cardíaco los médicos de urgencia encontraron ensus pulmones coágulos de sangre que atascaban las venas.
- Riesgo elevado -
"Los médicos no se creían que una mujer de 25 años pudiesesufrir de repente una embolia pulmonar", cuenta. Una vez finalizadoel examen, "el diagnóstico descartó otra causa que no fuera lapíldora".
El grupo de ayuda mutua creado por ella recogió unos 1.250testimonios de mujeres con efectos secundarios similares.
Rohrer es la primera enferma en Alemania que ataca a Bayer enjusticia. Le reprocha no haber informado lo suficiente en elprospecto de los riesgos de tromboembolismo asociados aYasminelle.
El juicio arranca el jueves en el tribunal de instancia deWaldshut-Tiengen (sudoeste). Rohrer está dispuesta a apelar lasentencia si hiciera falta.
En 2014 Bayer vendió pastillas Yasmin y asociadas por valor de768 millones de euros y estima "injustificadas" las acusacionescontra su tratamiento, autorizado por todas las agencias delmedicamento. Aduce un "beneficio riesgo positivo" y por el momentola justicia parece darle la razón, al menos en Suiza.
Pero varios estudios demostraron que las pastillas de tercera ycuarta generación (a base de drospirenona y otras progesteronasrecientes) multiplican por dos el riesgo de tromboembolismo, conrespecto a las de segunda generación.
- 'Falta de información' -
"El riesgo aumenta y las mujeres deben ser conscientes" de ello,confirma Yana Vinogradova, investigadora de la Universidad deNottingham (Reino Unido).
Con todo, "estos riesgos siguen siendo bajos, más bajos que losde un embarazo", matiza. Según un estudio realizado por ella,basándose en los datos de tres millones de pacientes, "si 766mujeres reciben tratamiento con drospirenona, sólo una sufriráuna tromboembolia".
La Techniker Krankenkasse, una institución alemana de seguridadsocial, se alarmó en un informe de la cantidad de pastillasanticonceptivas de tercera y cuarta generación "de altoriesgo".
"Existe una falta de información por parte de los médicos y dela industria farmacéutica", lamenta Gerd Glaeske, coautor delinforme. Para él el juicio de Rohrer es un "símboloimportante".
Sobre todo que Yasmin, con sus propiedades antiretención delíquidos, es la primera "que pone el acento claramente en losaspectos de belleza y bienestar", abriendo camino a losanticonceptivos que se declaran eficaces por ejemplo contra elacné.
Entre tanto en Estados Unidos, se acumulan las demandas contraEssure, un dispositivo anticonceptivo de Bayer acusado de provocardolores y sangrados crónicos. ||AFP||
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