La exfoliación es un proceso natural de renovación celular de la piel mediante la eliminación de células muertas de la epidermis.
“Cuando este se altera se produce una acumulación de células provocando las antiestéticas hiperqueratosis”, explica Pilar Esteras, especialista en medicina estética.
Para poder realizar esta rutina de belleza se puede recurrir a productos cosméticos, cuyo uso “genera una serie de beneficios para la piel, ya que previene las mencionadas hiperqueratosis, al mismo tiempo que regenera la capa córnea y le confiere higiene, limpieza, suavidad y rejuvenecimiento”, apunta Esteras.
Otros efectos positivos de la exfoliación: “Tonifica y oxigena la piel; además, activa la circulación de la zona donde se realiza, algo muy aconsejable para los tratamientos para la celulitis”, y permite una mejor penetración de los productos que apliquemos para reforzar el tratamiento.
Según la especialista, la exfoliación “debe formar parte de las rutinas cotidianas de higiene y belleza” y aconseja realizarla a partir de los 30 años. Sin embargo, es adecuado comenzar antes, incluso en la adolescencia, por dos motivos: “Porque es cuando se empiezan a incluir las rutinas de belleza de la piel y porque es cuando comienzan a producirse cambios hormonales que se reflejan en la piel”.
Una etapa importante en la vida de la mujer en la que la exfoliación puede reportarle beneficios es la menopausia, puesto que es cuando “el proceso natural de exfoliación está enlentecido y la piel presenta un tono más apagado”.