¿Quién le dice no a una hamburguesa con doble carne y queso, acompañada de papas fritas y una soda de cola?, ¡nadieeeee!, al menos que seas vegano o una persona que tiene conciencia sobre lo “que implica darle una sola mordida.”
Es cierto que la comida rápida, también conocida como fast food, street food o chatarra. ha existido por años. Su origen se remonta a Estados Unidos, donde nació bajo el término automat, con el fin de satisfacer las necesidades de la sociedad, ofreciendo menús sencillos, fáciles de comer y a un precio accesible. De ahí que las hamburguesas, pizzas, pollo frito, tacos, burritos, entre una larga lista de alimentos, se popularizaron y evolucionaron.
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Después, se fue extendiendo a otros lugares del mundo, donde cada país de acuerdo a su cultura, ha convertido este tipo de comida en parte de su estilo de vida, adaptándose al ritmo acelerado actual de las grandes ciudades y la tecnología.
Sin embargo, debido al crecimiento desproporcionado de grandes cadenas de comida rápida, se olvidó de la importancia que tienen los ingredientes naturales y lo relacionado con la nutrición.
De acuerdo a la nutrióloga funcional Nathaly Marcus, el problema de la “diabesidad” (diabetes y obesidad), que por cierto, nuestro país ocupa el segundo lugar a nivel mundial de esta enfermedad, es la calidad de los alimentos que consumimos diariamente.
Son altos en grasas, azúcares, sodio, harinas refinadas, con químicos, aditivos, saborizantes artificiales, conservadores y demás compuestos que son tóxicos para nuestro cuerpo y con los que superamos nuestra ingesta diaria de calorías.
“Nuestro cuerpo no está apto para digerir todos los conservadores, grasas, azúcares, químicos, todo absolutamente todo lo que contienen esos alimentos, ni para procesarlos; es someterlo a un fuerte proceso tóxico que es extraño para él, y si abusamos, nosotros mismos estamos generando nuestros propios problemas de salud y que la mayoría comienzan con una simple inflamación que normalizamos y eso no tiene por qué ser”, contó la experta.
A su vez, esa inflamación va ligada con otros problemas, como las enfermedades cardiovasculares, retención de insulina, hígado graso, hipertensión, entre muchas otras que ya las vemos “normales”.
“Otra de las causas que nos hacen consumir la comida rápida es que una de sus características es producir una sensación de bienestar y saciedad, debido a que estimula la producción de dopamina, que es un neurotransmisor que produce placer, relajación y bienestar. Por esta razón, a menudo las personas se inclinan a consumir comida chatarra cuando sienten ansiedad o estrés o simplemente pereza de trabajar o hacer sus actividades diarias”, dijo la experta.
“Muchas veces no hacemos conciencia sobre lo que nos estamos llevando a la boca, e incluso ni siquiera la masticamos, nos dejamos llevar por nuestra ansiedad”, añadió.
Alrededor de tres a cuatro veces por semana se consume comida rápida, pero en el caso de una familia con hijos, este hábito puede ser contraproducente, ya que se le inculca esa cultura a los pequeños e incluso, los padres pueden ayudar a que se desarrollen problemas de conducta alimentaria, y enfermedades a temprana edad.
“No estamos diciendo que si como una hamburguesa me puedo enfermar, es importante entender que al consumir frecuentemente la comida chatarra o escasa de nutrientes, podemos provocar una deficiencia de salud, por eso es muy importante el equilibrio y balance; la gente se deja ir, es un ente del todo y nada y es ahí donde radica el problema, es la cantidad y el abuso”.
Marcus recomendó alejarnos poco a poco de esta comida, que aunque reconoce que para muchas personas no es importante, lo ideal es comenzar por un equilibrio.
“Si comemos hamburguesa quitarle el pan, o aunque sea la tapa de arriba, añadirle lechuga y jitomate, y no combinarla con papas fritas sino mejor hacer match con una porción de ensalada o verdura”, comentó.
La comida rápida saludable sí existe
La palabra “comida rápida”, también se traduce en que se puede preparar en menos de diez minutos.
“Aquí puede radicar una gran diferencia entre lo que entendemos por comida rápida, que puede ser que no nos aporte beneficios, a una comida rápida que puede prepararse en apenas 10 minutos y a la vez ser muy saludable”, comentó.
También dijo que hay que “borrarnos de la mente que la comida saludable es muy cara, todo es posible y se puede adaptar a nuestras necesidades”.
La nutrióloga dijo que es importante desintoxicar nuestro cuerpo y adoptar hábitos saludables que solo se logran cumplir con disciplina y constancia.
“Por nuestro estilo de vida tan acelerado, hemos dejado de darnos tiempo para preparar alimentos en casa que sí son saludables y que nos otorgan grandes beneficios a nuestra salud, como vitaminas, minerales, antioxidantes”.
La comida rápida saludable son las frutas, verduras, licuados, smoothies, colaciones con semillas.
“Algo que recomiendo a mis pacientes es que si no tienes tiempo de ponerte tu lunch, lo hagas el domingo, congeles frutas, verduras, prepares ensalada para la semana, hagas tus bolsitas con las colaciones, todo es posible si lo queremos lograr”, abundó.
Shot de energía matutina
La experta nos compartió una fácil receta de un licuado que nos aportará toda la energía que necesitamos durante la mañana y que podemos preparar mientras nos estamos alistando para salir a trabajar.
Ingredientes
- Leche descremada o vegetal al gusto
- Un puño de amaranto o avena
- Cinco almendras o nueces
- 1 cda. de canela en polvo
- Un puño de espinacas
- Licuarlo
- Frutos rojos o alguna fruta que tengamos al alcance
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