Encontrar el equilibrio en el ritmo de vida es todo un reto que puedes vencer a partir de la reflexión sobre tus hábitos, en los que se incluye la forma en que te alimentas, actúas y reaccionas ante las adversidades del día a día.
Según la experta en nutrición y coach de vida Ana Riga, despertar el interés por mejorar y eliminar lo que te afecta en diferentes sentidos, no es cuestión solo de voluntad, sino que hay que explorar más allá dentro de ti mismo para encontrar el origen de los diferentes desórdenes que te limitan a conseguir la plenitud. Para ello, la experta describe los 10 puntos claves para tener una vida sana:
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“El número uno es cuestionar los hábitos que tenemos o no tenemos, pero empezar a hacerlos visibles. Por ejemplo, todos tenemos el hábito de cepillarnos los dientes, esto es algo que está tan implantado y que ni lo mencionamos, lo hacemos desde niños. Son hábitos que hacemos desde el inconsciente y no los cuestionamos, y nunca dices ¿por qué nos estamos lavando los dientes?. Existen hábitos buenos y malos, pero es cuestionar lo que hago y lo que no hago y cómo está involucrado esto en la vida saludable que quiero lograr”.
Riga recomienda una técnica muy efectiva para lograr este objetivo: “Anota todo lo que hiciste desde que te levantaste en la mañana, por ejemplo, por qué no dormiste bien, por qué tienes tanta hambre. Cuando desmenuzamos los hábitos nos damos cuenta de la vida que llevamos. Hay que traer los hábitos desde lo inconsciente a lo consciente”.
Dormir bien
Es uno de los procesos más importantes, es donde sucede el aprovechamiento de nutrientes y la regeneración del cuerpo; es lo que te prepara para que al día siguiente puedas ejecutar todas las actividades de manera eficaz. Por eso comes más, porque sientes que no estás rindiendo lo suficiente.
El movimiento diario
A veces se puede ir al extremo y decir o hago ejercicio en forma o no hago nada, pero hay que enfocarse en moverse diario. Tres caminatas al día son básicas, pero si no puedes salir alrededor de tu colonia, entonces cuando vayas al supermercado, deja el coche más lejos y eso te va a obligar a moverte, oxigenar el cerebro y mantener los músculos sanos, además de oxigenar sangre al cerebro.
Ejercicio de fuerza
Hacer ejercicios que me demanden esfuerzo, no solo la movilidad, sino cargar peso, es importante, siempre adaptado a mi condición física. Hacer esto desde niños es fundamental para el crecimiento muscular y evitar osteoporosis a lo largo de nuestra vida, además de lograr un nivel cognitivo estable, desde niños hasta la vejez.
Exposición al sol
Con la obtención de la vitamina D se fortalece el sistema inmune y se evitan enfermedades y bacterias. Ayuda a alinear los ritmos circadianos, pues los humanos somos seres solares, al igual que los animales, pero como viven en ambientes artificiales, el cerebro se confunde con el uso de los celulares y televisiones; si procuras la exposición moderada al sol, y diario un baño de sol, será de gran ayuda. Al hacer esto mandas información al cerebro y tendrás un sueño óptimo.
Caminar descalzo
Tener momentos felices como cuando eras niño es algo muy especial. Cuando tienes contacto con la tierra, dentro de un bosque, en un campo o donde sea, existe una sensación de libertad muy grande. Algunos estudios al respecto, afirman que al hacer esto se liberan sustancias que dan sensaciones de libertad, paz y felicidad, es sentirte libre, pero a la vez aterrizado. Es una técnica que se utiliza mucho para el bienestar mental, el cual tiene repercusiones importantes para dormir mejor. Tendrás días en los que encuentres de manera rápida la solución a los problemas, porque esto te libera del estrés y te ayuda a gestionar de manera más fácil cualquier situación.
A través de algunas investigaciones, expertos en el tema se preguntaban por qué los niños de la ciudad desarrollaban más alergias y otras enfermedades, y por lo contrario los niños que crecen en el campo son más sanos. Hay especialistas que piden a las mamás que dejen que los niños se ensucien, porque la limpieza es lo que les está enfermando. Las bacterias de la tierra ayudan a generar anticuerpos que hacen más fuerte el sistema inmune.
Reducir la glucosa
No generar cambios constantes de glucosa porque esto nos va a provocar cada vez más, la ansiedad por comer más azúcar y harinas que sabemos que son inflamatorios y van en contra del sistema inmune.
Lo que se sugiere son ayunos mínimos de 12 horas que significa que, si terminé de comer a las 9 de la noche que mi desayuno seas a las 9 de la mañana, esto ayuda a que nuestro cuerpo siga con su ritmo y así, estos picos de alza de azúcares se eliminan.
Se recomienda priorizar desayunos salados, si tienes la opción de comer hot cakes o huevos, elige los huevos, evita comer colaciones y hacer comidas grandes y suficientes, en lugar de un caldo de pollo cómete una sopa, un aguacate, dos tortillas en vez de estar botaneando todo el día.
Controlar la glucosa a mediano y largo plazo ayuda a que tu cuerpo tenga mejor rendimiento, que sea más productivo, creativo y que envejezca mejor.
Alimentarse y nutrirse adecuadamente
Elige una dieta adecuada dependiendo del estilo de vida que llevas. A nivel sociocultural, tu edad y peso, son importantes; recuerda que no todas las dietas funcionan y que hay que acudir con un especialista para que te oriente sobre este punto y evitar riesgos.
Aprender a controlar las emociones
Actualmente se está visibilizando mucho el tema de la sanidad mental, ir al psicólogo es importante. Hay que aprender a gestionar las emociones, esto es igual a cómo nos sentimos físicamente; ambos puntos se complementan perfectamente y una cosa influye a la otra. Cuando estás triste o enojado no tomas las mejores decisiones, cuando comes comida chatarra o tomas todos los fines de semana, es porque emocionalmente no te siento bien.
Hay que reconocer las emociones, si te sientes frustrado, sorprendido o inestable, y decir, qué es lo que te está ocasionando esto y de ahí empezar a gestionar y decidir cuáles serán las herramientas que vas a emplear para solucionar esto; si vas al psicólogo, si sales a caminar, si aprendes a tocar un instrumento, elegir cierto tipo de lecturas, abrazar a tu mamá.
Recibir y dar cariño incondicional
Cuando empiezas a tener un cambio en la vida, pensando en la parte física como dejar de fumar o beber, existe la importancia de ser igual de selectivo con las relaciones, y pensar a qué personas les dedico tiempo porque son valiosas; todos sabemos que los seres humanos tenemos necesidades importantes de apoyo, de construir lazos duraderos, pero es vital saber que la calidad vale más que la cantidad y en este punto hay que priorizar las relaciones con las que nos involucramos.
Reducir el consumo del alcohol
Se ha comprobado que el alcohol está ampliamente relacionado con la depresión y el cansancio. Hay un estudio realizado por el Centro Nacional para la Información Biotecnológica, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, donde se explica que el alcohol es una práctica social que está basada en la mercadotecnia que informa cuestiones falsas como que el vino ayuda a la salud, pero no es verdad, lo que ayuda es la piel de la uva, es como con los alimentos cuando son procesados que a nivel de vino cuando tenemos las uvas enteras.
A menor o mayor grado, el alcohol está presente sobre todo en los fines de semana con la vida social y es común echarle la culpa a porque los lunes no tienes energía.
Si nos basamos en lo que dice la Organización Mundial de la Salud, (OMS), para una mujer de 35 años de 1 metro 70, la ingesta mínima de alcohol en un fin de semana, son dos copas de vino. Y aunque haya tomado esas dos copas el fin de semana, el bajón del lunes va a llegar por todos los efectos secundarios que surgen como dilatación de los vasos sanguíneos, aceleración de los latidos del corazón, es un disruptor del hipotálamo suprarrenal, lo que hace que estés predispuesto a ciertos tipos de estrés que son provocados por la cruda cuando se ve afectado el hipotálamo; el cuerpo como defensa, dice “no me quiero levantar, no quiero cocinar y realizar ninguna actividad”.
Finalmente hay que reaccionar y proponer sustituir las actividades o hacerlo más esporádico; es necesario encontrar estrategias que te ayuden a resolver los hábitos que te afectan.