Según el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Adicciones, el Cristal se ha convertido en la principal droga de impacto entre la población mexicana.

Los datos del organismo arrojan que hasta el año 2019, los Centros de Tratamiento no gubernamentales reportaban que más de un 36% de sus ingresos eran por el cristal, seguido del alcohol con un 23 por ciento.

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Según información del mismo sitio el alcohol sigue siendo la droga con la que inician la mayoría de los adictos, teniendo esta tendencia a la alta desde el año 2004. Actualmente les sigue el tabaco y la marihuana.

Sin tomar en cuenta el alcohol, tabaco y marihuana, que son las de mayor prevalencia, se puede observar que el Cristal ha tomado fuerza como droga de inicio entre la población, por otra parte los inhalables han tenido una tendencia a la baja siendo superados por el cristal.

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¿Qué consecuencias tiene el consumo de Cristal?

Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, la metanfetamina, o cristal, aumenta la cantidad de dopamina en el cerebro, una sustancia química natural que participa en el movimiento corporal, la motivación y el refuerzo de las conductas que producen satisfacción. La capacidad de la droga de elevar con rapidez el nivel de dopamina en las áreas de recompensa del cerebro refuerza grandemente el comportamiento de consumir la droga y hace que la persona quiera repetir la experiencia.

Efectos a corto plazo

• Aumento de la vigilia y la actividad física
• Disminución del apetito
• Respiración rápida
• Ritmo cardíaco rápido o irregular
• Presión arterial y temperatura corporal elevadas

Efectos a largo plazo

El consumo a largo plazo de la metanfetamina tiene muchas otras consecuencias negativas, como:

• Pérdida excesiva de peso
• Adicción
• Problemas dentales graves ("boca de metanfetamina")
• Comezón intensa que lleva a lesiones en la piel producidas al rascarse
• Ansiedad
• Cambios en la estructura y el funcionamiento del cerebro
• Confusión
• Pérdida de la memoria
• Problemas para dormir
• Comportamiento violento
• Paranoia (desconfianza extrema e injustificada de los demás)
• Alucinaciones (sensaciones e imágenes que parecen reales pero no lo son)

Además, el consumo continuo de cristal causa cambios en el sistema de dopamina del cerebro; cambios que están asociados con una menor coordinación y con la disminución del aprendizaje verbal.

Nota publicada originalmente en El Sol de La Laguna