Ante la sospecha de contagio de Covid-19 surgen las dudas para poder detectarlo, ¿qué tipo de pruebas existen en México?, ¿a dónde recurrir?, y más aún ¿son confiables? Es el debate lo mismo en China, en Italia, España, Alemania, Estados Unidos, Corea o en México mientras la epidemia avanza y ha cobrado la vida de 40 mil 598 personas en el mundo, 37 de ellas en México.
Hasta ahora hay pruebas a las pruebas, cada país ha buscado encontrar la mejor forma de identificar al virus SARS-ConV-2 que se originó en Wuhan en China entre octubre y diciembre del año pasado y llegó a México el 27 de febrero.
En nuestro país, la Secretaría de Salud ha identificado la oferta desde test rápidos, toma de muestras de sangre o mucosa de nariz o boca, al pie de la cama o de forma ambulatoria en un consultorio.
También las hay en laboratorio, pero se ha advertido del riesgo de que si son malas, pueden brindar resultados negativos con el riesgo de que la persona sí tenga el virus, o lo desarrolle días después a la aplicación de la misma o a la inversa. Sin que la persona lo identifique hasta que los síntomas sean graves.
Por lo tanto, dice: “si no son competentes no tenemos por qué utilizarlas”.
Test, ofertas y "recomendaciones"
Ante el crecimiento de contagios, también están las pruebas en hospitales privados, ofertas en internet o recomendaciones que llegan por chats de WhatsApp.
Hay pruebas que van desde una tira que funciona a semejanza de los tests para identificar diabetes, esto es, con un pinchazo en el dedo se obtiene una gota de sangre que se coloca sobre la banda y esta al reaccionar cambia de color dependiendo si registra positivo o negativo.
Otras es parecida a una prueba de embarazo casera, en la que se coloca un poco del raspado de la saliva en la punta del dispositivo y de igual manera, después de unos minutos, la mirilla de la banda central cambia de color para ofrecer una alternativa
Algo más complejo es la prueba en laboratorios, un análisis molecular que consiste en tomar del paciente una muestra de mucosa con un hisopo que se introduce en la nariz y se realiza con otro un barrido faríngeo.
La técnica empleada, llamada RT-PCR, es un método de amplificación del material genético del virus. El objetivo es ir a buscarlo en las secreciones del enfermo, por lo que la prueba se realiza introduciendo un hisopo (un palillo recubierto de algodón en su punta) en la nariz del paciente.
Pero para que esta sea eficaz, el hisopo debe introducirse profundamente, no solo hasta la entrada de la nariz. Y es que el virus no está presente en todas partes: hay que atravesar las fosas nasales hasta la parte superior de la faringe, pese a ser una manipulación desagradable para el paciente.
Si el virus no está suficientemente presente en el hisopo, el resultado será negativo.
En algunos países, la prueba se realiza en la boca. Ahí también hay que ir hasta la parte posterior de la garganta.
Factores de error
Otro factor de error es el momento en que se realiza la prueba. La cantidad de virus varía según el paciente y según la fase de la infección. Incluso con una técnica perfecta, un enfermo contagiado puede no dar positivo, por ejemplo, en la fase de incubación o al final de la enfermedad, cuando gran parte del virus ya no está.
Se identifica y se lleva a una especie de lavadora que al accionarla hace un centrifugado que pueda separar el RNA. Una vez identificado se compara con la fórmula que tiene el DNA del virus y se miden el nivel de semejanza. Si es más alto a ser igual el resultado es positivo, de lo contrario se descarta.
Vigilar, monitorear y resguardarse
En todos los casos la recomendación de los médicos en el mundo, sean chinos, los italianos que han enfrentado una grave crisis o los españoles y alemanes dicen, hay que vigilar, monitorear síntomas y resguardarse en casa bajo niveles extremos de higiene.
Más si en algún momento se han presentado uno, dos o tres síntomas del virus que hagan sospechoso que se ha contraído: tos, incremento en la temperatura, flujo nasal o si se ha tenido contacto con alguien que viajó al extranjero o hay una exposición al contacto de otras personas.
La tarde del miércoles, el subsecretario de Prevención y Protección de la Salud, Hugo López-Gatell explicó que el mayor número de pruebas en el mercado son las de origen chino, pero que incluso en ellas hay una oferta que varía en su calidad.
Escándalo por pruebas chinas
Como lo ocurrido en España y ha llegado a ser un escándalo internacional, porque adquirió en un laboratorio de China pruebas que resultaron ser malas, pero fueron las propias autoridades de aquel país las que informaron al gobierno español de su deficiente calidad.
China intensificó controles de sus exportaciones de equipos de pruebas de coronavirus después de que varios países europeos se quejaron de la fiabilidad de algunos de los productos fabricados en China.
En marzo, los equipos de test fabricados en China ya habían sido suministrados a 11 países, incluyendo Reino Unido, Italia y Países Bajos.
Pero la fiabilidad de algunos de estos test chinos comercializados en el extranjero, sin la aprobación de Pekín, han sido cuestionadas por las autoridades sanitarias europeas.
Tres de cada diez pruebas diagnósticas de la Covid-19 arrojan falsos negativos, un error que no se debe a la falta de fiabilidad de estos tests sino más bien a una técnica incorrecta.
España devolvió un lote de test rápidos fabricados por la empresa china Shenzhen Bioeasy Biotechnology después de que se determinara que el producto tenía una baja sensibilidad, lo que significa que no era capaz de detectar infecciones con la precisión suficiente.
Bioeasy dijo la semana pasada en un comunicado que las lecturas defectuosas podrían deberse a que las muestras no fueron recogidas y procesadas correctamente.
Por otra parte, una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China dijo la semana pasada que representantes del Gobierno de Eslovaquia habían cuestionado la fiabilidad de los test rápidos comprados en China.
La conclusión preliminar del consulado chino en Eslovaquia fue que las inexactitudes fueron el resultado de un uso inapropiado de los test por parte del personal médico eslovaco.
Las pruebas de antígenos requieren de un nivel más alto de carga viral y por lo tanto podrían fallar en el diagnóstico correcto de las personas cuando las muestras sólo contienen una pequeña cantidad de virus.
Desechan kits
República Checa y Turquía también desecharon miles de kits por inservibles y por no ser lo suficientemente precisos para el diagnóstico de la enfermedad.
Hace dos días llegaron en donativo a nuestro país 50 mil kits de prueba que están bajo prueba en este momento en la Secretaría de Salud.
Aquí dice el subsecretario México ha tomado previsiones e instaló un grupo técnico que examina las pruebas para llevarlas al mercado.
Esto ha sido muy criticado pero la autoridad se defiende ante lo ocurrido con un proveedor que ofreció pruebas de mala calidad.
Otro caso ocurrió en Alemania que estaba usando pruebas rápidas, igual como pasó en Corea para tener un control más rápido y evitar la expansión del contagio.
Las autoridades se contactaron el gobierno alemán, con el Instituto Robert Koch e informó que ellos no las utilizan porque no tiene reconocida ninguna prueba rápida como una prueba útil para esta epidemia.
Luego acudieron a la agencia de fármacos y alimentos, de regulación de fármacos y alimentos de Estados Unidos, conocida por sus siglas FDA, y también informaron que no han autorizado ninguna prueba rápida para el coronavirus.
En Canadá, en el Laboratorio Nacional de Microbiología no utilizan pruebas rápidas.
La Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, ha publicado, un posicionamiento técnico que dice: “En este momento ninguna autoridad sanitaria competente del mundo ha acreditado pruebas rápidas”.
El misterio está resuelto, dice la autoridad, no hay pruebas rápidas útiles en este momento. Sin embargo, el debate sigue abierto, las personas que consideran que son sospechosos lo siguen demandando.
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