Paris.- Después de haber repetido que eran ineficaces contra el coronavirus cuando no se está enfermo, varios países cambiaron de discurso e instaron a llevarlas, lo que ha creado mucha confusión.
El cambio de estrategia más espectacular ocurrió en Estados Unidos el viernes. El presidente Donald Trump anunció que las autoridades sanitarias aconsejan ahora a todos los ciudadanos cubrirse el rostro al salir de casa.
"Se produjo una verdadera inflexión en Estados Unidos y la OMS está revisando sus recomendaciones", declara a la AFP el profesor KK Cheng, especialista de salud pública en la Universidad de Birmingham (Reino Unido), favorable al uso generalizado de la mascarilla.
Desde el inicio de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y numerosos gobiernos repiten sin cesar que las mascarillas solo son para el personal sanitario, los enfermos y su entorno cercano, basándose en datos científicos, según ellos.
Pero para los expertos que están a favor de su uso generalizado, este discurso tenía como objetivo evitar que la gente se apresurara a comprar las mascarillas reservadas a los sanitarios (máscaras quirúrgicas y las FFP2, de mayor protección), que escasean en muchos países.
En Asia, donde el uso de esta protección está muy extendido, e incluso se siguen usando concluida la alerta, la reticencia de países occidentales sorprendió.
"El gran error de Estados Unidos y Europa, para mí, es que la gente no lleve máscaras", afirmó recientemente el jefe del Centro chino de Control y Prevención de Enfermedades, Gao Fu, en una entrevista en la revista Science.
Desde entonces, las posiciones oficiales han ido evolucionando, suscitando la incomprensión de la población.
Mascarillas caseras
Para evitar agotar las existencias de los productos médicos, también sirven las mascarillas hechas en casa o por fabricantes textiles.
Según los científicos, sirven para evitar contaminar a los otros pero no para protegerse de la enfermedad.
"Mucha gente piensa que llevar mascarilla les protege del contagio, pero en realidad permite reducir las fuentes de transmisión", explica el profesor Cheng.
"Funciona si todo el mundo las lleva, y en ese caso, una mascarilla muy básica es suficiente, ya que un trozo de tela puede bloquear las proyecciones" emitidas por un enfermo, añade.
En Alemania, el instituto Robert Koch, a cargo de la lucha contra la pandemia, alentó a los ciudadanos a utilizar mascarillas hechas en casa.
En Francia, la Academia de Medicina, también consideró que una mascarilla para la población en general debería ser obligatoria en el exterior durante y después del confinamiento.
La OMS sigue en su posición inicial, puesto que teme que el uso de la mascarilla dé una "falso sentimiento de seguridad" y haga olvidar las medidas más importantes (distancia social, lavado de manos...)
Su director general, Tedros Adhanom, admitió sin embargo que la institución seguía "evaluando el uso potencial de la mascarilla de manera más amplia".
Según un estudio publicado el viernes en la revista Nature, el uso de mascarillas quirúrgicas reduce la cantidad de coronavirus en el aire exhalado por los enfermos.
El informe se hizo a partir de otros coronavirus que no son el actual SARS-CoV-2.
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