El domingo estaba soleado, Marlén, su esposo e hija disfrutaban de un paseo ciclista por la zona de Ciudad Universitaria, de la nada salió un perro y por no atropellarlo dio un giro que la hizo caer. El dolor del brazo derecho era insoportable, cuando le hicieron la radiografía el médico descubrió que no había fractura, pero sí una tumoración, el cáncer la amenazaba de nuevo.
Hace cinco años ese enemigo mortal se presentó como una pequeña bolita en el seno derecho. Ella y su esposo decidieron extirparlo, tuvieron los recursos y acudieron a un amigo ginecólogo para que le hiciera la operación en una clínica privada.
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Una vez con los estudios de laboratorio necesarios en mano sólo les llevó dos semanas prepararlo todo. Los esposos, ambos odontólogos, decidieron también la colocación de un implante de seno.
Marlén tuvo poco tiempo para sentir miedo, para pensar que podría morir; su hija, su esposo, su familia la hicieron sentir apoyada para enfrentar todo ese proceso.
Siguió las recomendaciones, las visitas al médico, los exámenes clínicos, hasta que el especialista determinó que su cuerpo estaba libre de cáncer, sin embargo, siempre estuvo consciente de que podría regresar en algún momento de su vida.
Recuerda que leyó todo lo que pudo encontrar en internet sobre cáncer de seno antes y después de su mastectomía -como se le conoce a la operación que se realizó- y reconoce que eso sólo la llevó a un estrés severo, pues pensaba que debió haberse quitado ambos senos para evitar su regreso.
Ahora este proceso médico lo lleva en el Hospital de La Raza, en el IMSS. Sabe que no será como la primera vez que este enemigo se presentó en su cuerpo, ahora le llevará más tiempo su tratamiento, pues la médica que la atiende no le ha recomendado la operación.
De acuerdo con los resultados de sus análisis clínicos, el cáncer se encuentra en una etapa temprana en el brazo derecho, antes de llegar al hombro, y en una zona del hígado.
Durante más de un mes llevó puesto un cabestrillo para proteger el brazo derecho de alguna posible fractura. Se ha tenido que olvidar de arreglar dentaduras a sus pacientes, ahora dedica más tiempo a su vida personal, a su familia. Trata de disfrutar su día a día con situaciones simples y cotidianas. Tiene ante sí el reto de ganarle nuevamente al cáncer, de ganarle tiempo al tiempo.
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CÁNCER RECURRENTE
“En el cáncer de mama, la recurrencia es en uno de cada tres pacientes y recae en los cinco primeros años”, explica en entrevista con El Sol de México, la ginecóloga Carmen Canchola Sotelo, encargada del programa de cáncer de la mujer de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México (Sedesa), quien detalla que aquellos que superan esos cinco años “tienen un riesgo mínimo de recaída después de ese periodo”.
El cáncer recurrente puede regresar en el mismo lugar que comenzó, o presentarse en otra parte del cuerpo. Es lo que se conoce como una recurrencia distante, es decir, que la enfermedad vuelva a aparecer en otra parte del cuerpo, a cierta distancia de donde se inició (a menudo en los pulmones, hígado, huesos o cerebro).
La especialista destaca que “el cáncer de mama constituye la principal causa de morbilidad hospitalaria por tumores malignos entre la población de 20 años y más. El cáncer de órganos genitales (cérvico uterino) es la segunda causa de morbilidad hospitalaria (en mujeres)”.
Por otra parte, el cáncer de órganos digestivos es la principal causa de morbilidad hospitalaria por tumores malignos entre los varones (23 por ciento), mientras en las mujeres ocupa el tercer lugar (12 por ciento)”.
Y precisa que para realizar una extirpación en ambos senos se deben considerar diversos factores. “Cuando se extirpan ambos senos, esto se denomina mastectomía doble (o bilateral). La mastectomía doble se lleva a cabo como cirugía de reducción de riesgo en las mujeres con un riesgo muy alto de padecer cáncer de seno, como las mujeres con una mutación genética”.
Y también expone que es recomendable la reconstrucción del seno extirpado: “La reconstrucción es un proceso bastante seguro. Esta reconstrucción puede ser temprana, puede ser tardía. La reconstrucción que nosotros hacemos en la Secretaría de Salud es una reconstrucción tardía. ¿Por qué? Debemos tener la plena certeza de que ya no hay cáncer para poder reconstruir. Hay dos maneras de hacerla: uno es poniendo un implante y dos es ocupando tejidos de la propia paciente.
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“¿Dónde se hace este tipo de cirugía? Se hace en el hospital Rubén Leñero (…) Se hace rotación de músculo de la espalda para ocupar el mismo volumen, para ocupar y tapar la falta de mama (…) Se hace una rotación del músculo de la espalda. Se gira hacia adelante”.
Sobre la afectación emocional que sufren las mujeres que han perdido un seno y que llega hasta afectarlas en sus relaciones íntimas con su pareja, la especialista menciona que la mastectomía “repercute en la condición física, emocional y funcional de las mujeres, ya que los senos son concebidos como símbolo de capacidad reproductora. Entre más pronta es la reconstrucción, se disminuye la posibilidad de que la paciente experimente estar ‘mastectomizada’ y la afección psicoemocional secundaria.
“La reconstrucción después de la mastectomía es una parte fundamental del tratamiento integral y es un procedimiento quirúrgico seguro”.
La doctora Canchola destaca que para estas pacientes, además de recibir el tratamiento médico, también es necesario el psicológico que involucre a la familia. “La ayuda psicológica en familiares de enfermos con cáncer se vuelve en la mayoría de los casos algo imprescindible. El diagnóstico del cáncer no es algo que sólo resulte un problema y un gran impacto para la persona que lo padece, sino que es algo que incumbe a sus familiares y a todo su entorno. Su red social más próxima se ve afectada por este diagnóstico. Es por esto que a la hora de implementar un programa de prevención, enfrentamiento y tratamiento del cáncer hay que contar con la pareja de la afectada y la familia.
“Realmente nadie está preparado para vivir algo así, por eso lo más sensato es solicitar ayuda psicológica”, concluye.
EN HOMBRES
El cáncer de mama no sólo afecta a mujeres, aunque en hombres es una enfermedad poco frecuente, “es el responsable del uno por ciento de todos los cánceres en el sexo masculino”, detalló la ginecóloga Carmen Canchola Sotelo, encargada del programa de cáncer de la mujer de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México.
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En 2019, por grupos de edad, la incidencia de cáncer de mama más alta se presenta entre las personas de 60 a 64 años; para los hombres es de 1.03 casos nuevos y en las mujeres de 104.50 por cada 100 mil habitantes; es decir, por cada caso nuevo en los varones de 60 a 64 años, hay 104 casos entre las mujeres.