Los premios Óscar nuevamente ponen el reflector sobre temas de educación sexual integral. Este 2023, reconocer a Brendan Fraser como mejor actor permite dar mayor visibilidad a alguien que se atrevió a denunciar en medios masivos de comunicación que fue atacado sexualmente hace dos décadas.
El año pasado, fue la escena del actor Will Smith abofeteando a Chris Rock lo que puso sobre la mesa la discusión sobre las masculinidades tóxicas alimentadas por el amor romántico construido en la Edad Media.
Esas escenas de supuesto amor a capa y espada de las que el mismo Cervantes hacía burla, ya deberíamos desterrarlas, porque solo generan violencia.
Así como entonces se habló en los medios de que Jada Pinkett no necesitaba de un caballero andante que defendiera su honor a golpes, ahora también podemos conversar ampliamente respecto a que los hombres también pueden levantar la voz para denunciar acoso sexual.
Desde hace más de una década, comenzaron a surgir organizaciones europeas que buscan visibilizar una problemática social que se oculta en el silencio por la vergüenza a hacer una denuncia que rompe con los paradigmas de género.
En los entretelones de frases como “los hombres no lloran” o “los hombres no pueden ser violados” hay una realidad contundente. Los hombres también son víctimas de ataques sexuales.
En 2018, al calor del movimiento #MeToo, el recién ganador al Oscar por su actuación en The Whale denunció que en 2003 fue víctima de un ataque sexual por parte de Philip Berk, ahora expresidente de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, organización encargada de organizar los Globos de Oro.
La agresión ocurrió en 2003. En ese año, Fraser era uno de los actores favoritos de las cámaras. Él tenía 35 años y su agresor, 49.
Berk es un periodista sudafricano que en ese tiempo aún no ocupaba la presidencia de la asociación, pero tenía un peso importante dentro de la misma. Tanto que después ocuparía la presidencia.
Ambos habían asistido a una comida en el Hotel Beverly Hills y al encontrarse con Fraser, Berk se acercó a saludarlo con la mano derecha y le dio una nalgada con la mano izquierda, según el propio sudafricano refiere en sus memorias como una broma.
Se trata de “bromas” que invisibilizan actos de violencia, pues Fraser debió relatar exactamente cómo ocurrió para entender por qué cuando los hombres son víctimas de ataques sexuales no se debe minimizar su denuncia.
“Su mano izquierda se extiende, me agarra la nalga y uno de sus dedos me toca en el perineo. Y empieza a moverlo”, detalló el actor a la revista GQ, en 2018.
En aquel momento, Fraser retiró la mano de su agresor y se alejó bastante perturbado. Tanto que lo habló con sus representantes, ante quienes Berk minimizó lo ocurrido y ofreció una pálida disculpa.
El tabú de las agresiones sexuales a hombres se ha ido contrarrestando a fuerza de denuncias. El Departamento de Justicia estadounidense estimaba que (en 2012) aproximadamente 88 mil 500 hombres habían sido víctimas de un asalto sexual, por la traducción literal del inglés “sexual assault”.
Los datos más recientes en Estados Unidos, recopilados por el Centro Nacional de Estrés Postraumático, reportan en su página de internet que en ese país al menos 1 de cada 10 hombres padecen algún tipo de trauma por haber sido víctimas de una asalto sexual.
Esas repercusiones post traumáticas van desde la depresión hasta trastornos emocionales. Fraser ha contado en algunas entrevistas que suspendió su carrera precisamente tras experimentar esos traumas.
Ese centro especializado en Estados Unidos explica que el perfil del agresor a hombres y niños varones es muy variado. Al parecer son depredadores que tienen más probabilidades de agredir a muchas víctimas, en comparación con aquellos que agreden sexualmente a las mujeres.
Hasta el momento los reportes indican que los niños y los adolescentes varones son más propensos que las niñas a ser abusados sexualmente por extraños o por figuras de autoridad en organizaciones como escuelas, iglesia o programas de atletismo.
A pesar de la creencia popular de que solo los hombres homosexuales agredían sexualmente a hombres o niños, el 86% de los perpetradores masculinos se identifican como heterosexuales y a menudo tienen relaciones sexuales consensuadas con mujeres.
En México también existen esfuerzos por promover masculinidades saludables como Gendes A.C., una organización que constantemente hace referencia a la violencia estructural y al pacto patriarcal que ha normalizado prácticas tóxicas que también están afectando a los mismos hombres.
Los educadores sexuales debemos celebrar que el Premio Óscar haya sido para Brendan Fraser, porque se le dará el micrófono a un actor que ha vivido en carne propia los excesos del patriarcado.
Cuando le exigían esculpir un cuerpo que le provocaría problemas de salud, porque solo le ofrecían papeles para exhibir su cuerpo y vender más entradas al cine, además de representar personajes que en el imaginario colectivo solo alimentaban un determinado modelo masculino.
Debió alejarse de los escenarios 20 años para regresar con un mensaje poderoso que puede tocar a distintas generaciones y seguir desmontando los estigmas de género que en las películas de Hollywood encontraron a su mejor aliado.
Con la suerte de que son los mismos actores y actrices quienes ahora alzan la voz para exhibir a esos modelos que abusan del poder e invisibilizan las violencias.
*Delia Angélica Ortiz es periodista especializada en inclusión y diversidad