La pandemia tomó por sorpresa al mundo y con ello, toda una nueva forma de vida que trajo consigo otros padecimientos causados por los cambios inesperados y abruptos, que obligaron a la gente a modificar sus rutinas.
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Asimismo, sus dinámicas se vieron afectadas con respecto al núcleo familiar y sobre todo laboral, donde la mayoría de la gente tuvo que guardarse en sus casas y aplicar el famoso home office, que pese a la comodidad que puede dar hasta cierto punto, también implemento un nuevo nivel de presión para la persona que trabaja.
En el caso específico de las mujeres, hubo un síndrome en especial que se desencadenó durante este tiempo de Covid-19 y que ahora se conoce como burnout.
¿Qué significa burnout?
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), burnout se refiere al estrés crónico que surge como respuesta al exceso de demandas y presiones, que están ligadas al trabajo.
La persona se esfuerza hasta el punto de llegar a un nivel de tensión, que termina por afectar su rendimiento, llevándolo al cansancio extremo. Lo anterior, pone en riesgo a la persona de contraer otras enfermedades pues hace más vulnerable en este caso a la mujer.
Cabe destacar que fue desde 2019, que la OMS integró dicho término en la onceava actualización de la Clasificación Internacional de Enfermedades.
Síntomas del burnout
donde puede ser detectado por los siguientes síntomas:
- Baja realización personal relacionada con el trabajo o con la actividad, por ejemplo; un atleta deja de sentirse realizado al practicar su deporte.
- Agotamiento, es decir, tener la sensación de estar exhausto y no poder “dar más”.
- Despersonalización o cinismo, implica una actitud negativa o distante con las personas a las que proporciona el servicio o la atención.
Mujeres más vulnerables durante la pandemia
De acuerdo con la consultora estratégica Mckinsey & Company, las mujeres mostraron una posición de mayor vulnerabilidad durante la pandemia. Según sus estadísticas 39 % de las mujeres reportaron tener síntomas de agotamiento excesivo contra 29% de los hombres, es decir 10 puntos porcentuales de diferencia.
Con respecto al hecho de sentirse exhausto, 54% de las mujeres y 41% de los hombres mencionan sentirse de esta forma, una distancia de 13 puntos porcentuales entre ambos.
Y es que además de la presión por la cuestión laboral, existieron otros elementos que elevaron el estrés:
- La preocupación constante del riesgo de contagio durante más de un año.
- La presión económica
- En caso de tener bebés o niños en casa, la preocupación por el cuidado de los hijos a falta de guarderías debido a la cuarentena aunado a la escuela que también se volvió virtual.
- Y en caso de contar con adultos mayores o enfermos crónicos de igual forma aumentó el nivel de tensión.
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Todos estos elementos finalmente generaron en las mujeres un efecto negativo que terminó por desencadenarse en síndromes como el burnout.