Nestlé, el gigante alimentario del 20 por ciento del mercado de comida para bebés, vuelve a generar polémica. Un estudio realizado por Public Eye, ONG orientada a la sostenibilidad, demostró que dos de los productos de la marca son promocionados como saludables, aunque ello es una hipótesis engañosa de Marketing porque en realidad tienen azúcares añadidos.
De acuerdo con el estudio, How Nestlé gets children hooked on sugar in lower-income countries, Nestlé coloca más azúcar en marcas de alimentos para bebés vendidas en países de ingresos bajos, mientras que en Suiza, Alemania, Francia y Reino Unido los mismos productos se venden sin azúcar añadido.
Aunque dos marcas de alimento para bebé de Nestlé son promocionadas como ayuda para que los bebés vivan una “vida más saludable”, la investigación demostró que la mayoría de los productos tienen azúcar añadido en niveles elevados.
¿Qué productos de Nestlé tienen más azúcar en países en desarrollo?
Los productos de Nido y Cerelac comercializados en países en desarrollo, ambos de la marca Nestlé, tienen más azúcar añadido que los vendidos en Suiza, Alemania, Francia y Reino Unido, es decir, en los principales mercados europeos.
“El hecho de que Nestlé no agregue azúcar a los productos en Suiza pero esté muy feliz de hacerlo en entornos de menores recursos es problemático tanto desde una perspectiva ética como de salud pública”, se lee en el estudio.
Además, diversos expertos consultados para el estudio, incluida la profesora de Salud Pública de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, consideran que no hay una razón válida para que los mismos productos tengan más azúcar en países en desarrollo, como lo son Brasil, Senegal, Sudáfrica, Tailandia, Etiopía, Panamá, Nicaragua, México y Costa Rica.
¿Cuál es la relación entre los productos de Nestlé y la obesidad infantil?
De acuerdo con la OMS, en los países de ingresos bajos y medios, donde los productos de Nido y Cerelac tienen más azúcar, hay un aumento de obesidad infantil. Las razones son principalmente el consumo de los alimentos ultra procesados ricos en azúcar.
“Los dos primeros años de vida de un niño son particularmente importantes, ya que una nutrición óptima durante este período reduce la morbilidad y la mortalidad, reduce el riesgo de enfermedades crónicas y fomenta un mejor desarrollo”, argumenta la OMS.