Por el confinamiento de la pandemia de Covid-19, cuatro de cada diez personas presentan hoy algún tipo de desgaste emocional, derivado del estrés laboral, a causa del trabajo en casa e incluso operar en un esquema híbrido. El impacto lo resiente el 75% de la población.
De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 10.3 millones de personas realizan jornadas mayores a 48 horas de trabajo semanales, que puede entenderse como tres meses más de trabajo, con respecto a la media que se registra a nivel mundial.
Para José Antonio Mársico, presidente y fundador de la empresa pionera en bienestar integral corporativo, Body Systems México, en el regreso progresivo a los centros de trabajo, “es importante atender los impactos psicosociales en los trabajadores, ya que el aislamiento y la transición al trabajo remoto, ocasionó importante deterioro en el estado emocional a nivel global”.
Y en el caso de nuestro país, estas afectaciones físicas y mentales son depresión, ansiedad, trastornos de sueño, sobrepeso, enfermedades relacionadas con el sedentarismo e incluso cardiopatías.
En entrevista, este especialista, graduado en Marketing en la Universidad de Palermo, en Argentina; entrenador nacional en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, en Buenos Aires y con estudios de Alta Dirección en el IPADE, refiere:
“Hoy, muchas personas pueden sentirse ‘desconectadas’, dispersas ante una carga importante trabajo y actividades. Para mejorar su desempeño y productividad, actividades como el mindfulness o meditación, ayuda a combatir el estrés y la ansiedad”.
Y de acuerdo con el estudio de ManpowerGroup “Revolución de Habilidades 2021”, la salud y el bienestar de los empleados se tornó una prioridad en un 73% del mundo laboral así como orientar programas a la productividad; la implementación de nuevos modelos de trabajo en un 61% y el 38% en aumentar la capacitación, aprendizaje y desarrollo.
“En la reincorporación al empleo, el bienestar de los trabajadores, la capacitación y la diversidad de formatos laborales son bases estratégicas en un panorama de avance tecnológico y cuidado sanitario”, manifestó Tania Arita.
Sostuvo: la prioridad para los trabajadores es salud y bienestar. Se incluye todo lo que procure la salud física y mental, como los programas de wellness, muy de la mano de cómo enfrentar la pandemia y cómo adaptarse a los nuevos modelos de trabajo.
Esta ejecutiva, comentó que el empleo del 2021 evoluciona también por las necesidades de negocio de las empresas. “Como tendencia, las compañías comienzan a contratar puestos estratégicos para aprovechar los recursos con los que cuentan a un año de la pandemia”.
En su percepción, “la pandemia vino a acelerar la curva de aprendizaje digital en un 30%. Además, las competencias básicas para el trabajador cambiaron en un 35%”.
Subrayó que el empleo día con día, demanda más habilidades humanas, aquellas que no pueden reemplazarse por las herramientas tecnológicas, como comunicación, resiliencia, trabajo en equipo, resolución de problemas. “Esas son las habilidades que más necesitan capacitarse”.
DAÑOS COLATERALES DE LA PANDEMIA
A su vez, José Antonio Mársico, especialista en wellness, esto es en programas de bienestar integral dijo que esta epidemia global de salud física, se relacionaba con enfermedades crónicas y sedentarismo, con el sobrepeso, en donde lamentablemente México, ocupamos el primer lugar a nivel mundial de impacto de estas enfermedades”.
Y a esto se sumó el problema de la salud mental producto de la pandemia. De acuerdo a varias investigaciones, el primer trimestre de 2021, mostraron los daños colaterales de la pandemia y acrecentaron los problemas de salud física por el confinamiento y aislamiento, con pocas posibilidades de movernos.
También, esta pandemia trajo niveles altísimos de estrés, ansiedad, depresión y síndrome de fatiga crónica que ya la OMS dijo que esta enfermedad se va a publicar a partir del 2022 en su Diario Oficial. Y este estrés, en algún nivel, el 78% de los mexicanos, también reportan que padecen.
Se pronunció por no dejar de lado estos males que aquejan a gran parte de la fuerza laboral en las empresas.
“Creemos que hay que abordarlo de manera integral. El desafío que tenemos, aunque pareciera que los semáforos nos van a permitir en el corto plazo tener un regreso a oficinas, a una nueva normalidad; pero ha hecho que el home office el teletrabajo, llegó para quedarse.
Y muchas empresas van a seguir operando desde un home office o en el mejor de los casos en un modelo híbrido de trabajo: algunos días en oficinas y los otros en casa.
El teletrabajo ha traído beneficios como el menos tiempo en el tráfico, el poder estar más tiempo con la familia, quizás hacer ahorros en comidas fuera de casa, pero también viene el otro lado del home office: el acrecentar el aislamiento y con ello el estrés, la ansiedad e incertidumbre.
Esto hace que el reto y el desafío es darle continuidad a los programas de bienestar en las empresas. Y deberán darse en donde quiera que se encuentre el colaborador: en oficina o en su casa.
Deberá crearse un programa de bienestar que ataque no solo los problemas de salud física sino ahora la epidemia de salud mental y todo eso, en las oficinas o en sus hogares. Es un reto muy desafiante y estamos muy dispuestos a colaborar en la creación del bienestar y en el auto cuidado de la salud.
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