De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición al humo de cigarro está considerada como la primera causa de muerte prevenible en el mundo, pues tiene efectos nocivos para el organismo de los seres humanos.
El fumar no es riesgoso únicamente para quien lo consume de forma activa, sino que los fumadores pasivos (quienes no lo consumen) tienen 1 por ciento de mortalidad a nivel global.
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Especialistas en salud detallan que cuando alguien fuma, mastica, vaporiza o consume tabaco en cualquier de sus presentaciones absorbe una gran cantidad de productos químicos de forma directa y que afectan al organismo.
No obstante a pesar de "tragar el humo" y exhalarlo éste se queda en el ambiente, a disposición de otras personas que puedan llegar a consumirlo de forma indirecta con el simple hecho de respirarlo.
Estas personas son denominadas como fumadoras pasivas, quienes consumen el humo catalogado como de segunda mano. Este humo irrita los tejidos de los no fumadores quienes quedan expuestos al alquitrán, arsénico, amoníaco, metano, monóxido de carbono y otros tantos compuestos químicos peligrosos del cigarro.
Pero entonces ¿Cuál es el humo de tercera mano y cómo afecta?
El humo de tercera mano es aquel que, al exhalarse, queda impregnado sobre las superficies como paredes, muebles e incluso ropa, así como el humo que desprende del cigarro al momento de que éste es apagado y una persona lo respira.
Estudios recientes revelaron que el humo de tercera mano afecta silenciosamente a los fumadores pasivos, pues éste se queda impregnado por durante meses, por lo que acumula un gran número de toxinas para aquellas personas que no consumen nicotina.
Dentro de tales estudios se alerta que el humo de tercera mano incrementa el nivel de nicotina en la piel y de cotinina en la orina, sobre todo para las personas que amablemente permiten fumar en sus hogares, a pesar de que ellas no lo hagan.
Por ello, especialistas alertan sobre la prevalencia del humo de cigarro en la ropa de los fumadores o en sus objetos de uso cotidiano como vasos y platos.
Médicos especialistas de la Asocuiación Torácica Americana, de Estados Unidos, señalan que el humo de tercera mano puede provocar irritaciòn en los ojos, nariz, garganta y pulmones, por lo que enfatizan limpiar cualquier tipo de superficie para liberar las toxinas que prevalecen y asì generar un espacio libre de humo.
Con información de: Asocuiación Torácica Americana
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