En México, cerca del 75.2% de la población adulta vive con sobrepeso u obesidad, mientras que 35% de niños en edad escolar y 38% de los adolescentes presentan esta enfermedad crónica, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo cual reduce la esperanza de vida en alrededor de 3 años en las personas que viven con esta condición.
La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multicausal, que genera mayores niveles de estrés oxidativo, los cuales pueden producir inflamación y alteraciones en el sistema inmune, por lo que debe ser tratada de una manera multidisciplinaria.
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En la obesidad se involucra la susceptibilidad genética, los estilos de vida y las características del entorno, con influencia de diversos determinantes como la globalización, la cultura, la condición económica, la educación, la urbanización, así como el entorno social y familiar.
La obesidad es el principal factor de riesgo modificable para el desarrollo de enfermedades crónicas no trasmisibles (ECNT) , la mortalidad prematura y el costo social, además de reducir la calidad de vida.
Entre las complicaciones más importantes asociadas con la obesidad en los adultos tenemos a la enfermedad cardiovascular en un 20.1% de los casos, diabetes mellitus tipo 2 en el 15.2% de los casos, tumores malignos en el 10.8% de los casos y discapacidad en el 40% de los casos. Aunado a esto está el estigma y la discriminación hacia las personas con obesidad, tan arraigado en nuestra sociedad.
En México y el mundo prevalece un ambiente obesogénico, con un aumento en la ingesta de alimentos hipercalóricos que son ricos en grasas, sal y azúcares, pero pobres en vitaminas, minerales y otros nutrientes, así como un descenso en la actividad física, como resultado de la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, de los nuevos modos de desplazamiento y de una creciente urbanización que deja poco espacio para realizar actividades deportivas.
Innovación en el tratamiento de la obesidad
Debido a que la obesidad es una enfermedad multicausal, las personas que viven con esta condición necesitan tratamiento donde el estándar sea buscar la salud.
En este sentido, el abordaje del sobrepeso y la obesidad debe ser integral y bajo supervisión médica multidisciplinaria, considerando aspectos como alimentación equilibrada, actividad física, tratamiento farmacológico y atención psicológica.
Respecto al tratamiento farmacológico del sobrepeso y la obesidad, la innovación farmacéutica brinda medicamentos de última generación como liraglutida, agonista del receptor de GLP-1, con el cual los pacientes han logrado entre un 5 y 10% de reducción de peso corporal, junto con dieta y ejercicio.
Está científicamente comprobado que la reducción de 5 a 10% del peso corporal trae grandes beneficios a la salud y calidad de vida: mejora el perfil de lípidos en la sangre, la presión sanguínea, el dolor oste artrítico y la apnea obstructiva del sueño.
Asimismo, reduce el riesgo de diabetes tipo 2 y factores de riesgo cardiovascular. Además, que la obtención de un peso saludable es una meta alcanzable y rompe con el mito del cuerpo perfecto como sinónimo de salud, bienestar y autoaceptación.