Según datos de la Secretaría de Salud, en México, aproximadamente 15 millones de personas viven con trastornos mentales, como ansiedad generalizada, estrés postraumático y depresión. Sin embargo, desafortunadamente, sólo una de cada diez personas recibe el tratamiento que necesita de manera oportuna.
A nivel mundial, la OMS estima que 970 millones de personas padecen algún trastorno mental. En el más reciente encuentro de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre este tema, destacó la importancia de democratizar los servicios de salud mental y garantizar una cobertura adecuada.
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En México en el 2022, se lograron hacer modificaciones en materia de salud mental y adicciones (reforma 131 DOF 16 may 22) donde se establece que, "todas las personas tienen derecho a gozar del más alto nivel posible de salud mental, sin discriminación de ningún tipo". Esta iniciativa propone la atención a los pacientes de salud mental desde el primer nivel de atención, es decir, se pretende la implementación de la atención psiquiátrica desde las clínicas familiares.
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Lo anterior garantiza un diagnóstico oportuno, además de ofrecer internamiento en situaciones de crisis en hospitales generales, garantizando disponibilidad de camas para este rubro. Adicionalmente, se contempla la atención integral de la familia a través de la psicoeducación. Estas medidas se implementaron con la finalidad de proteger los derechos humanos de los pacientes.
“El objetivo es asegurar que los programas comunitarios promuevan la salud mental desde el primer nivel, con el propósito de lograr una cobertura tanto en áreas urbanas como en comunidades rurales”, señala la maestra Gabriela Cámara, presidenta honoraria de VPSM CDMX.
Algunos países desarrollados han logrado un cambio en la atención comunitaria personalizada a través de centros especializados que brindan apoyo a los pacientes. En contraste, México aún está lejos de lograrlo, ya que sólo se destina el 2% del gasto público en la salud a la salud mental, y de ese presupuesto, el 80% se utiliza para mantener en funcionamiento hospitales, según datos de la Asociación Psicoanalítica Mexicana (APM).
Actualmente, nuestro país cuenta con 51 centros integrales de salud mental, 32 hospitales psiquiátricos y 54 villas de transición hospitalaria, que apenas logra proporcionar atención al rededor de cuatro mil pacientes.
“Enfrentamos un desafiante camino por delante para seguir mejorando la atención en servicios de salud mental,” señala Dunia Pintado, presidenta de VPSM. Además, destaca la importancia de incorporar lecciones psicoeducativas en todos los niveles educativos para mostrar que en muchos casos los problemas de salud mental pueden prevenirse buscando ayuda.
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En relación a esto, la doctora María Luisa Rascón, miembro del Consejo Directivo de VPSM CDMX e investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente (INPRF), subraya la eficacia de la psicoeducación como complemento valioso al tratamiento médico y psicológico de los pacientes y su red de apoyo: “Esta práctica contribuye significativamente al aumento de la conciencia sobre la enfermedad, mejora la comunicación y empatía, reduce sentimientos de culpa y tristeza, y fomenta la esperanza al promover la rehabilitación de los pacientes.”
Voz Pro Salud Mental CDMX ofrece grupos de apoyo y cursos de psicoeducación a familiares y usuarios con algún diagnóstico.