Martin Andrade tiene ansiedad diagnosticada desde los 15 años. Su piel refleja el momento previo a sufrir un ataque. El surco subnasal se le reseca y una urticaria molesta recorre su pierna derecha, desde la rodilla hasta el tobillo. La comezón incontrolable hace que tenga que rascarse hasta a veces lastimarse.
Por fortuna, este joven ha aprendido a conocer su enfermedad y sabe lo que tiene que hacer cuando llegan los ataques de pánico. Está tratado con ansiolíticos que en un principio tomaba a diario, aunque desde hace un tiempo solo los usa ocasionalmente: cada vez que tiene un episodio de ansiedad.
La pandemia de coronavirus ha generado un caldo de cultivo propicio para que Martín reviva esos malestares. La contingencia sanitaria frustró sus planes de viajar a España para celebrar sus 30 años. La cancelación del evento al que asistiría, y para el que ya había pagado 10 mil pesos, lo llenó de angustia.
La cuarentena ya era difícil cuando dos eventos agravaron la situación. Su 'perrhijo' Panchino, un adorable bulldog francés, enfermó y tuvo que ser operado. Y hace un par de semanas, Martín terminó con su novio después de casi un año y medio de relación. “Como que se me juntó todo, me empezó a dar un poco de depre”, cuenta el joven.
En México, entre 45 y 50 por ciento de las personas en aislamiento pueden presentar el “síndrome de cuarentena” que consiste en la manifestación de ansiedad, temor, irritabilidad, agresividad, apatía o incredulidad, estima Bernardo Ng Solís, presidente de la Asociación Psiquiátrica Mexicana.
“La información que tenemos de otros países es de entre 30 y 35 por ciento; sin embargo, debido a que la sociedad mexicana es usualmente más sociable y amigable, la cifra podría subir hasta un 45 o 50 por ciento”, destacó el especialista en una conferencia en línea dada a principios de abril.
Dunia Pintado Izundegui, presidenta de la organización Voz Pro Salud Mental, considera que la crisis provocada por el Covid-19 ha sumido a las personas en la incertidumbre; y las interminables noticias, verdaderas y falsas, sobre la pandemia terminan por generar sentimientos de ansiedad y depresión.
“El encierro dentro de casa por la sana distancia hace además que la gente pierda su actividad normal y se desorganice. Esto genera cambios en el humor, en el estado de ánimo y en el sueño, sobre todo en el caso de los jóvenes que siempre están muy activos e incluso también en las personas mayores están sometidas a una situación de mayor tendencia hacia la ansiedad y la desesperación”, explica la también psicoterapeuta a El Sol de México.
Los niños son otro de los sectores afectados. “Hemos observado que están muy miedosos o muy enojados porque ya no ven a sus amiguitos, ya no están haciendo su vida normal, todo el tiempo están oyendo las preocupaciones de los adultos y sin entender mucho”, agrega Pintado.
MÁS DEPRIMIDOS
Eder Camargo es médico residente de psiquiatría en un importante hospital de la Ciudad de México. Desde que empezó la cuarentena ha notado un incremento en los pacientes que llegan a valoración de urgencias o que contactan al nosocomio vía telefónica.
“Los pacientes con depresión están teniendo exacerbación de sus síntomas como tristeza, la pérdida de los intereses que solían tener anteriormente, problemas para dormir y cambios en el apetito. Están más irritables y tienen episodios depresivos debido a la frustración por el aislamiento y el ver limitados sus planes a futuro”, explica el médico.
Los pacientes que llegan al hospital donde trabaja Eder son de dos tipos: los que ya habían sido diagnosticados con algún trastorno previo a la pandemia y los que empezaron a desarrollarlo a raíz de esta.
“Los pacientes nuevos están debutando en formas graves, no en formas leves o moderadas, son pacientes que están llegando con auténticas urgencias como crisis de ansiedad, crisis de pánico y crisis depresivas”, indica el médico residente.
Y agrega que los nuevos pacientes llegan a urgencias al resentir el cambio súbito en su estilo de vida, por miedo a padecer el coronavirus o a que un ser querido se contagie. “Y también la verdad es que los trastornos psiquiátricos están infradiagnosticados, entonces en realidad ya tenían el trastorno y esta situación simplemente lo exacerbó”.
Cualquier mexicano puede sufrir los efectos del confinamiento. Sin embargo, al menos en el hospital donde trabaja Eder, el perfil más afectado son las mujeres de entre 20 y 40 años, las personas con un nivel socioeconómico bajo preocupados por la falta de ingresos y pacientes con antecedentes de consumo de sustancias.
SALUD MENTAL, DESATENDIDA
México padece un grave problema de salud mental desde antes de que coronavirus confinara a todos en sus casas. Entre 2014 y 2019, los nuevos casos de depresión en el país crecieron 106 por ciento en hombres y 73 por ciento en mujeres.
En términos absolutos, los nuevos casos diagnosticados de depresión en hombres pasaron de 15 mil 849 en 2014 a 32 mil 649 el año pasado; y en mujeres, de 53 mil 745 a 93 mil 95 en el mismo lapso, revelan datos de los boletines epidemiológicos de la Secretaría de Salud federal.
La dependencia no da el mismo seguimiento a otros padecimientos generalizados entre la población como la ansiedad. Sin embargo, esta es la segunda enfermedad con más casos atendidos en hospitales especializados como el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz.
Le siguen después los trastornos mentales debidos al consumo de alcohol, los trastornos de la personalidad y la esquizofrenia, revelan estadísticas de este hospital especializado obtenidas por transparencia.
Pese a ser enfermedades en franco crecimiento, la sociedad prefiere ignorarlas y el gobierno, minimizarlas. Desde hace diez años, explica Dunia Pintado, se destina solo el 2 por ciento del presupuesto federal en salud a prevenir y atender los trastornos mentales y del comportamiento. “Antes era muchísimo menos”, recuerda la presidenta de Voz Pro Salud Mental.
En contraste, el gasto en salud mental de países con ingresos altos va de 5.1 a 6.5 por ciento del gasto total en salud.
“El presupuesto de salud ha sido totalmente insuficiente y el problema poco atendido. Hay muchísimas creencias todavía con respecto a la cuestión mental y a los trastornos, mucha discriminación, mucho estigma y todo esto se manifiesta en la falta de atención.
“Este problema va a aumentar muchísimo después de la contingencia y el presupuesto para nada va a ser suficiente. Ojalá que esto sea el foco rojo para que tanto el gobierno federal como los estatales crean realmente en la necesidad de la salud mental para supervivencia del país. Hay estados en los que ni siquiera la toman en cuenta”, considera Pintado.
TERAPIA EN CASA
Tres actividades ayudan especialmente a Martin para sobrellevar el estrés y la ansiedad: el ejercicio, la lectura y una rutina ordenada. Este joven, que trabaja como coordinador de difusión de una dependencia gubernamental, se ejercita a diario.
“Antes de que se declarara la Fase 3 (de la emergencia sanitaria), salía a correr casi diario por mi casa, vivo aquí en la Roma.”
Desde que México entró a la parte más crítica de la epidemia, Martin prefiere no salir y se ejercita en casa con rutinas de crossfit, deporte que habitualmente practica. También le sirve mucho releer libros que antes leía cuando practicaba el budismo.
Además trata de llevar una rutina que le ayuda bastante. De lunes a viernes se levanta, atiende a su perrhijo Panchino, hace ejercicio durante hora y media y trabaja desde medio día hasta las 20:00 horas con algún espacio para comer. Después de terminar su faena, vuelve a sacar a su bulldog, cena, lee y se pone a hacer algo hasta que dan 23:30 horas.
De esta forma evita que la ansiedad domine su cuerpo y que además de urticaria en la piel, no pueda dormir en las noches.
“Los ansiolíticos me ayudaban bastante para dormir cuando me daba ansiedad, pero ahorita no los tengo y sí es un problema porque me los tiene que recetar mi doctor, no los puedo comprar tal cual”, lamenta.
El insomnio es uno de los principales problemas que se están detectando en los hospitales psiquiátricos a raíz de la pandemia de Covid-19, aun en gente sana, explica el médico residente Edgar Camargo.
“Las personas están dejando de dormir o duermen muy pocas horas al día, eso es uno de los principales detonantes de cuadros de depresión y de ansiedad; y muchas personas, para tratar de solucionar sus problemas para dormir, están aumentando el consumo de sustancias, están consumiendo fármacos controlados, alcohol en exceso y marihuana”, alerta.
Dunia Pintado, presidenta de Voz Pro Salud Mental, pone a disposición del público el teléfono 1997 5040 para apoyar a pacientes con trastornos mentales, derivados o no de la actual contingencia, mediante talleres informativos. La organización inició actividades en CDMX en el año 2003 y actualmente conforma una red que abarca 12 estados del país.
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