Cuando se habla de la vacunación, probablemente se piense en los niños, ya que desde el nacimiento se comienza con esta práctica para protegerlos de distintas enfermedades, posteriormente, se les aplican nuevas dosis para reforzar mientras son pequeños, pero luego de los 18 años muchos dejan de vacunarse.
Si bien estas dosis han logrado ser eficaces y previenen contagios, siguen surgiendo nuevos padecimientos como lo hemos visto con el Covid-19 y ahora con la hepatitis infantil aguda y la reciente viruela del mono, de las cuáles todavía se investiga.
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Por lo anterior, los esquemas de vacunación para adultos han dejado de ser vistos como un complemento del esquema infantil debido a la falta de cultura preventiva por parte del sector salud y pocos programas para incentivar este ejercicio.
De acuerdo con un artículo de la Facultad de Medicina de la UNAM, vacunarse de adulto es más sencillo que cuando se es niño, ya que al tener un sistema inmunitario más maduro, hay una mejor respuesta en el cuerpo.
¿Qué vacunas se debe aplicar un adulto?
De acuerdo con la UNAM, en personas de 18 a 24 años, es recomendable aplicarse las vacunas contra el tétanos, difteria, hepatitis B, sarampión y rubéola. Esta última en la edad reproductiva, en mujeres no embarazadas y en caso de que nunca te la hayas aplicado.
Aquella parte de la población que esté entre los 25 y 64 años, sería necesario inmunizarse contra el tétanos, difteria y rubéola (igual si no ha habido aplicación previa de esta última).
Finalmente, para adultos de 65 años en adelante, tétanos, difteria, la del neumococo e influenza, son las vacunas necesarias.
La mayoría de estas vacunas tienen un porcentaje alto de eficacia y siempre es necesaria una revisión médica previa, sobre todo para adultos mayores.
¿Cuántas dosis deben ser de cada vacuna?
El toxoide combinado Td (tetánico-diftérica), es una dosis que se proporciona la primera semana de vida, posteriormente al mes y finalmente a los seis meses de edad, pero para una mejor eficacia es necesario un refuerzo al menos cada 10 años.
Respecto a la rubéola, se ha observado un aumento de casos en mayores de 15 años de edad, así como un incremento en los casos de rubéola congénita y de la postnatal, por lo que una única dosis es suficiente y si no te la aplicaste de niño, deberías hacerlo pronto.
Sobre la vacuna de la hepatitis no se sabe la duración exacta de protección, por lo que la necesidad de refuerzos aún no están determinados y dado que la hepatitis B es muy contagiosa, se recomienda al menos una segunda dosis.
Inmunizarse contra el neumococo se recomienda por ejemplo aplicarla a personas que han salido recientemente de un hospital, especialmente a los ancianos o a quienes son ingresados por neumonía, también a aquellos pacientes con alto riesgo de infección neumocócica fatal, seis años después de la primer vacunación.
Finalmente, la vacuna del papiloma humano en mujeres de 19 a 49 años es necesaria aplicarla en tres dosis. Por su parte, la vacuna de la varicela habría que administrarse en dos dosis entre los 19 y 49 años de edad, tomando en cuenta recomendaciones previas del médico.