En las colinas de Jerusalén existe una cueva que se adentra a las profundidades de la tierra. Se llama Te'omim (la cueva de la madre de los gemelos) y oculta diversas leyendas e historias que podrían considerarse fantásticas.
Principalmente está la historia detrás de su nombre, pues la leyenda cuenta que una mujer que no podía tener hijos logró engendrar a gemelos después de beber agua de un manantial con poderes mágicos o, dicho de otra forma, con propiedades curativas que existe dentro de la caverna.
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Pero después de más de cuatro años de estudios, científicos israelíes de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) y de la Universidad Bar-Ilan encontraron evidencia que le suma más misterio a este lugar.
El equipo liderado por Boaz Zissu halló diversas vasijas de cerámica y piezas que se utilizaban como armas, pero lo que realmente llamó su atención fue una enorme cantidad de cráneos humanos que estaban ahí.
Los resultados, publicados en la revista Harvard Theological Review, llevaron a la idea de que en Te'omim se llevaban a cabo actividades de necromancia: "las lámparas de aceite, las armas y los cráneos humanos se usaron, probablemente, como parte de rituales de nigromancia", se indica en el texto.
Buscaban invocar a los espíritus
La nigromancia por definición es una rama de la hechicería y la adivinación con la que se busca la invocación de espíritus. Esta práctica era muy común entre los romanos que querían comunicarse con personas que estaban en el “más allá”.
De acuerdo con los investigadores, Te'omim muy probablemente se utilizaba para hacer estos rituales, pues se creía que las cuevas eran portales al inframundo.
“Estos ritos generalmente se llevaban a cabo dentro de tumbas o cuevas funerarias, pero a veces tenían lugar en un nekyomanteion (o nekromanteion)—un ‘oráculo de los muertos’”.
Además sugieren que estos ritos se llevaban a cabo principalmente por brujas que pretendían hablar con los muertos, para ello, utilizaban restos relacionados con la persona con la que buscaban comunicación, en este caso los cráneos humanos.
“El uso de partes de cuerpos humanos y animales para establecer una conexión con la víctima, y artículos domésticos que han sido reutilizados para usos mágicos”.
Respecto a las herramientas que fueron localizadas cerca de los cráneos, los expertos documentaron que, de acuerdo con la creencia popular de la región, los espíritus le tenían miedo al metal.
Por lo anterior, es fácil adivinar que los objetos de hierro y bronce que estaban en la cueva Te'omim sirvieron para ahuyentar a los espectros malignos.