Las turbulencias son un temor constante que los viajeros tienen a la hora de tomar un vuelo, atravesar una de ellas puede ser una experiencia complicada.
Aunque estos fenómenos son más comunes en trayectos largos, no es tan frecuente que su impacto provoque lesiones graves en los aviones o en sus tripulantes.
No obstante, se pueden presentar casos como el accidente ocurrido en un vuelo de Londres a Singapur, de la aerolínea Singapur Airlines, en donde un británico de 73 años y 30 personas resultaron heridas tras una turbulencia ocurrida el martes pasado.
Según los datos del portal FlightRadar, que registra los vuelos en todo el mundo, el avión de Singapur Airlines sufrió una súbita pérdida de altitud durante cuatro minutos, por la que descendió desde los 37 mil hasta los 31 mil pies (de 11 mil 200 metros a 9 mil 400 metros), cuando aparentemente logró estabilizarse.
¿Qué son las turbulencias en los aviones?
Las turbulencias de aire claro, como la sucedida en el vuelo de Singapur Airlines se dan como resultado de dos o más eventos de viento que chocan y crean remolinos de aire interrumpido, de forma que las rachas fluyen de forma caótica o aleatoria, de acuerdo con un artículo de The Conversation.
Paul Williams, profesor de ciencias atmosféricas en la Universidad de Reading en el Reino Unido, explicó para CNN, que existen cuatro tipos de turbulencias: ligera, moderada, severa y extrema.
Las turbulencias leves pueden provocar una tensión en el cinturón de seguridad de los pasajeros y los objetos sueltos en la cabina pueden moverse.
Por otro lado, las graves pueden provocar que los pasajeros salgan arrojados por la cabina, provocando lesiones graves o la muerte.
“Las turbulencias en los vuelos pueden ser causadas por tormentas, montañas y fuertes corrientes de aire llamadas corrientes en chorro”, mencionó Williams.
Los factores que pueden causar una turbulencia son las tormentas eléctricas que pueden generar ondas de aire con movimientos de arriba hacia abajo, pero estas son detectadas por los pilotos a través de sus radares y es posible esquivarlas.
Las turbulencias en aire despejado pueden ser más difíciles pues estas aparecen de forma inesperada cuando el cielo está sin rastro de nubes, lo que hace más difícil detectarlas.
Con información de EFE