El profesor Humberto Sanchez de León con 75 años de vida, ha dedicado más de la mitad de ella impartiendo clases en la Universidad Autónoma de Guerrero, y en algunas de sus actividades de corto tiempo lo acompaña su perrita “Birolita”.
La Chihuahua tiene ese nombre debido a que tiene estrabismo, a sus 10 años de edad ha tenido tres camadas de cachorros. En la universidad, es bien recibida por los alumnos que le dan caricias y cariño en el tiempo que el docente se encuentra en la facultad.
El profesor, ha dedicado más de la mitad de su existencia impartiendo clases en la Facultad de Contaduría y Administración de la UAGro, de lunes a viernes en horarios de la mañana.
A paso lento, pero seguro se apoya con un bastón para trasladarse de un lugar a otro, algunas ocasiones es acompañado por su mascota “birolita”, la cual lleva en un morral a la universidad.
La lomita disfruta acompañar al profesor a realizar sus actividades, pues cuando él está por salir de su vivienda ubicada en Ciudad Renacimiento, el animalito no se le despega, y el maestro Humberto, no tiene el corazón para dejarla sola y triste.
El profesor traslada a su mascota en una bolsa tipo morral por ser tranquila, paciente y porque se acomoda en ese espacio por varios minutos y en algunas ocasiones llega a dormirse.
Humberto es originario de Chilpancingo, pero llegó al puerto de Acapulco hace 4 décadas en busca de empleo, el cual encontró en la Universidad Autónoma de Guerrero.
A sus 75 años, él aun pretende continuar impartiendo clases, ya que asegura que es lo que lo mantiene vivo y activo.
“Son mis alumnos los que me dan energía, me gusta enseñarles hasta que todo les quede claro, y si tienen dudas que pregunten y yo les explico hasta que lo entiendan”, aseguró el docente.
Sus alumnos dicen que él es un ejemplo para todos, que a pesar de sus años, siempre tiene una gran sonrisa para seguir compartiendo con ellos sus conocimientos, que por encima de las lecciones académicas, la lección de vida que les da todos los días es más importante para ellos.
Nota publicada en El Sol de Acapulco