Y volvió a caer. El “mal del puerco”, como se conoce en Guerrero a la somnolencia después de comer, lo venció. Y así estuvo por largo rato en el informe del gobernador Astudillo. Bueno, ni los aplausos lograron despertarlo bien. Apenas escuchaba el clapeo, abría los ojos, regresaba a ver a los lados… y volvía a encerrarse en la oscuridad del sueño.
El médico Manuel Huerta Martínez, diputado federal plurinominal de Morena, no se volvió a aguantar las ganas de ser abrazado por Morfeo. Y parecía disfrutarlo porque, dicen los vecinos de asiento, sus ronquidos eran más fuertes que el ronroneo gatuno.
Y, debido al jaloneo por entrar al recinto del Congreso del Estado, al diputado le tocó ir a sentarse al área de prensa. Ahí, Hugo Pacheco León, de El Sur, y Fernando Polanco, de la Agencia IRZA, confirmaron que “roncaba chingón”.
Aunque ya se ha autojustificado por quedarse dormido durante las sesiones ordinarias de la Cámara de Diputados federal por el cansancio que le deja su larga jornada de trabajo en las tres profesiones que desempeña en la actualidad.
Al legislador igualteco poco o nada le interesa cuando siente entumecerse por el “mal del puerco”. Y hoy, volvió a repetir su chiste de dormirse.
Sí, claro. Ya se sabe que ha declarado que “no tiene ni un día de descanso en su semana, ya que los domingos incluso los dedica a escribir de manera profesional pues es egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la licenciatura de Lengua y Literaturas Hispánicas”.
Claro, es humano —como lo ha dicho— y el “mal del cuche” lo trae hecho un harapo en sus terrenos.