De acuerdo a un estudio realizado más de 350 personas tienen un implante de retina discontinuado en sus globos oculares. Tras haber pasado algunos años de que este método se convirtiera en la salvación de muchos, ahora el mundo se vuelve a oscurecer y quienes cuentan con este tipo de implante biónico se enfrentan a una difícil situación.
La empresa de biotecnología Second Sight Medical Products está al borde de quedar en bancarrota, pues fue en el 2013 cuando recibió la aprobación de la FDA para lanzar un implante de última generación que no restaura la visión “normal”, sino hace algo similar.
Te puede interesar: Mexicana fue abusada sexualmente en Qatar; la condenaron a 100 latigazos y 7 años de prisión
El implante de retina Argus II, se suspendió en 2019 a favor de una tecnología nueva, pero ahora cientos de personas que aún tienen el implante anterior se han quedado estancados, es decir, no hay actualizaciones de software como se había prometido, ni reparaciones si acaso algo más, lo que significa que algunos han perdido la vista por completo y ahora más personas corren el mismo riesgo.
Un dispositivo que da luz a un mundo de oscuridad
Este método es implantado quirúrgicamente y proporciona una visión biónica un tanto rudimentaria para personas que perdieron la visión a causa de una enfermedad genérica como es el caso de la retinitis pigmentosa, la cual es degenerativa y hace que pierdas la vista a través de los años, por lo que Argus II era una opción para recuperar cierto grado de vista.
El Argus II funciona para proporcionar algo de visión, si no una restauración perfecta. El dispositivo se empareja con unas gafas especiales y un transmisor con clip que convierte el vídeo en pulsos de luz, para algunos, esos pulsos ayudaron a iluminar pasos de peatones y formas básicas.
Para algunas personas les tomó algún tiempo adaptarse al dispositivo, incluso lo dejaron de utilizar porque los destellos parecían una distracción y no podían concentrarse en las actividades que realizaban.
Dicho implante podría representar un riesgo durante procedimientos como las resonancias magnéticas y las opciones para extraerlo son costosas y dolorosas.
El nuevo implante, llamado Orion, usa anteojos similares y una cámara de video, pero estimula el cerebro directamente en lugar de trabajar a través del ojo afectado. El dispositivo se encuentra actualmente en un ensayo clínico de seis pacientes financiado por una subvención de 6,4 millones de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU., el cual está programado para cinco años.
Sin embargo, algunos participantes del ensayo de Orion le dijeron a Spectrum que planean retirar el implante al final del estudio, dado el futuro incierto de la compañía.
"Si hubiera sabido hace tres años lo que sé ahora, probablemente no me hubiera inscrito", dijo un hombre participante de Orion que recibió su implante neural en 2018.
Nota publicada originalmente en El Sol de Hermosillo