El domingo para la colonia San Miguel Teotongo, alcaldía Iztapalapa, no es un día de asueto. El olor a carnitas se repite en más de una calle, en varias esquinas hay puestos semifijos sin mercancía.
En una casa de Jacarandas, desde las 8:30, ya está hirviendo la grasa, el olor se percibe desde la casilla ubicada en la misma calle, casi al cruce con la calle José López Portillo, donde decenas de personas acudieron desde temprano, para emitir su voto.
“Esa señora está desde las siete y media, porque tiene que ir trabajar, pero, pues, no han abierto, y todavía están desayunando adentro”, dijo una de las votantes formadas en espera de que abrieran el zaguán de la casilla.
Las quejas por la tardanza en la apertura de casillas vinieron de quienes tenían prisa por irse a sus jornadas laborales. Incluso, hubo quienes se fueron sin votar, por temor a llegar tarde a sus lugares de trabajo.
En la zona no hay plazas comerciales grandes, sino negocios tipo tortillerías, ferreterías, tienditas y puestos de comida.
Afuera de la estación del Cablebús San Miguel Teotongo es común ver a perros callejeros resguardarse del sol que, en las últimas semanas, provoca temperaturas de hasta 33 grados. En avenida Las Torres, Unión de los Colonos, en las calles cerradas, casas y tiendas, las caras mostradas en las mantas de propaganda son sólo las de Clara Brugada y Claudia Sheinbaum, la oposición, al menos desde los carteles, está anulada.
El camino para llegar a la Escuela Gaudencio Peraza, en la Avenida Unión de Colonos, donde votó la candidata Clara Brugada, está lleno de autos estacionados. En la plaza cívica situada a unos metros de la escuela es común que personas de la tercera edad pongan sus puestos improvisados de ropa usada y chácharas.
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Los vecinos reconocen a Clara Brugada, candidata a la jefatura de Gobierno de la CDMX, se acercan para pedirle una foto y ella se detiene. "¡Jefa de gobierno!", grita uno que otro que pasa a su lado; pero cuando ya no está todos vuelven a su rutina, a trabajar.