Clara Brugada, la heredera del derecho a la ciudad

Sus trabajadores la describen como sensible, pero con carácter fuerte. Después de una lucha para llegar al frente de la alcaldía Iztapalapa, Clara Brugada ahora busca la jefatura de Gobierno

Karla Mora / El Sol de México

  · sábado 2 de marzo de 2024

Clara Brugada, candidata a la Jefatura de Gobierno por Morena. Foto: Jaqueline Bautista

“¿Cuándo las mujeres seremos el cerebro y no la columna vertebral?”, se preguntaba una joven Clara Brugada, con su distintivo cabello chino y esponjado, cuando se refirió al papel de las mujeres en el Movimiento Urbano Popular, en un video grabado a inicios de los ochenta.

La imagen es quizá de los primeros testimonios de su causa feminista, objetivo que ha preservado al pasar de los años, no así su imagen que cambió de un estilo folclórico regional a uno menos colorido y más formal, al menos así en los últimos meses debido a la contienda electoral para ser jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Quienes la conocen la describen como una mujer de causas que dejó de lado su vida personal para dedicarse a la lucha social y a sus objetivos políticos.

Es decidida cuando se trata de desarrollar alguna idea, como las que trajo de Colombia o de Chile, en políticas relacionadas con la recuperación de espacios públicos, pero a la hora de decidirse por cómo debe verse un cartel o cómo difundir algún apoyo de su gobierno, su indecisión provoca que sus colaboradores tengan que cambiar una, dos, tres veces la idea para darle gusto.

La candidata tiene carácter, le gusta que las cosas se hagan puntualmente y bien hechas y así lo notan los empleados que estuvieron con ella cuando gobernó Iztapalapa. Vaya a ser que, en esos momentos en que la exigencia se junte con el enojo, salga la personalidad que en agosto de 2006 le llevó a gritar afuera del recinto legislativo de San Lázaro: “¡soy diputada, hijos de la chingada!”.

¿Quién es Clara Brugada?

Clara Marina Brugada Molina nació el 11 de agosto de 1963, vivió en la colonia Nativitas de la entonces delegación Benito Juárez. Es la menor de tres hermanos, la única que se dedica a la política y no es salvadoreña como insiste Rafael Acosta, “Juanito”, para descalificarla por aquel episodio del año 2009 en el que le quitaron el puesto de delegado de Iztapalapa para dárselo a ella.

Fue una joven rebelde que, por situaciones familiares, llegó a Chiapas, entidad que le dio identidad, al grado de que muchos de los programas sociales que ideó en su carrera política fueron inspirados por lo que vio cuando vivía allá. De ahí también su acercamiento con la naturaleza, con las ideas de la autogestión alimentaria y con sus vestuarios tradicionales.

Brugada estudió la licenciatura de Economía en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de Iztapalapa, demarcación donde inició su trabajo en distintas organizaciones sociales en la década de los 80, la primera de ellas fue la Unión de Colonos de San Miguel Teotongo, colonia que le dio residencia.

Foto: Graciela López Herrera / Cuartoscuro.com

Brugada Molina se confesó hace unos meses con alumnos del IPN. Les contó que cuando estudiaba en la UAM Iztapalapa un grupo de alumnos de la secundaria de San Miguel Teotongo visitó cada salón del campus para preguntar si alguno podía ofrecerse como su próximo maestro. Ella se apuntó de inmediato.

Así comenzó su trayectoria. “Teotongo va a cumplir casi 50 años de lucha y desde ahí soy heredera, no solo del gran movimiento del 68 y todas las luchas históricas, soy heredera del derecho a la ciudad”, proclamó.

En 1995 participó por primera vez para un cargo de representación popular: el de Consejera Ciudadana de Iztapalapa, como representante de San Miguel Teotongo.

Siempre fiel a Andrés Manuel López Obrador ,participó en la resistencia que lo reconocía como presidente legítimo, movimiento en el que también lo respaldó Marcelo Ebrard, quien, al llegar a la jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal nombró a Brugada Molina procuradora social.

En 2009, la ahora candidata renunció a su cargo en la administración capitalina para contender por la delegación Iztapalapa, en lo que fue uno de sus episodios políticos más controversiales: al ganar las elecciones internas del PRD para ser candidata oficial, una decisión del Tribunal Electoral le canceló su candidatura.

Pero la idea era que ella fuera delegada a cualquier precio, así, el autonombrado presidente legítimo llamó a votar por el candidato del Partido del Trabajo, Rafael Acosta, al que le hizo prometer que, una vez ganada la elección, renunciaría para dejarle la delegación a Brugada Molina.

Cuando “Juanito” ganó, ya no le gustó el plan por el que recibió el apoyo de AMLO. En un intento por quedarse como delegado, destituyó a Brugada Molina como directora general de Jurídico y Gobierno, puesto que ocupaba estratégicamente para subir como delegada.

Las presiones surtieron efecto en noviembre de 2009: Rafael Acosta se fue por la puerta de atrás, mandó su carta de renuncia al entonces mandatario local, Marcelo Ebrard, y después del proceso legislativo correspondiente, en diciembre de ese año, Brugada Molina encabezó el Gobierno de Iztapalapa.

A la fecha, “Juanito” no pierde la oportunidad para hablar mal de ella, quien ha gobernado Iztapalapa en tres ocasiones.

“Ni la conocemos”

Para caminar por San Miguel Teotongo, en la Sierra de Santa Catarina en Iztapalapa, hay que usar zapatos antiderrapantes o de menos unos cómodos para no irse de bruces en las calles que van de bajada. Textos académicos apuntan que la colonia comenzó a poblarse en la década de los 70, con habitantes de origen étnico chocholteca, de la mixteca oaxaqueña, que por el recuerdo de su tierra natal organizaron la colonia como si se tratara del poblado de Santiago Teotongo, Oaxaca.

En las calles hay resquicios de ejidos. Es más el cemento que las zonas de terracería o las cubiertas con jacarandas, pirules y arbustos. Es fácil llegar a la colonia gracias al Cablebús.

Quien quiera ir a la dirección que Brugada Molina tiene en su credencial de elector debe bajar en la estación San Miguel Teotongo y caminar por Cerrada Jacaranda, calle que al inicio tiene una pendiente pronunciada.

Al llegar a Avenida Las Torres seguro habrá pipas de agua potable, porque la colonia sufre desabasto desde hace años, al igual que otras de la alcaldía. Después del parque de los arcos, y de pasar varios negocios barriales, está la calle Manuel Altamirano, donde supuestamente vive Brugada Molina. Y es “supuestamente”, porque sus vecinos afirman que nunca la ven.

Foto: Daniel Augusto / Cuartoscuro.com

“Su casa es esa que tiene muchas plantas, pero ella nunca está, acá vivió, pero ni la vemos, no la conocemos”, aseguró un tendero. Otra vecina se dijo sorprendida de que haya quienes crean que ahí vive la candidata, tal es su seguridad que invitó a tocar el timbre y así ocurrió: nadie abrió en la tarde de un jueves.

Una patrulla de la alcaldía se estaciona constantemente frente a la casa de Brugada Molina, como si su ronda correspondiera sólo a esa cuadra. Con su unidad detenida, el policía se pone cómodo en su asiento, de vez en cuando asoma la cabeza por la ventanilla o sale del vehículo, después de varios minutos se va, pero vuelve al domicilio en repetidas ocasiones.

Sensible… pero “sí se encabrona”

“Sí he visto que se encabrona, grita y regaña cuando no están las cosas como ella las pidió”, afirma un trabajador de la alcaldía Iztapalapa que vio varias veces la impaciencia de la morenista cuando algo salía mal en la organización de eventos. Sí lanzaba palabras altisonantes de vez en cuando.

En algún punto de su gestión, Brugada Molina evaluaba a su círculo más cercano, le enojaba mucho cuando no cumplían los objetivos y eso incluía a los diputados morenistas correspondientes a Iztapalapa. Ni Martha Ávila, legisladora en el Congreso capitalino, se salvó de sus observaciones, porque a la visión de la hoy candidata, la diputada debía proponer más políticas de gobierno.

Uno de sus empleados cercanos asegura que Brugada Molina es muy sensible, recibe con mucho gusto a la gente. En las asambleas para generar trabajo social presentaba su plan de trabajo a los vecinos y, al terminar su mensaje, saludaba a todos los que le estiraban la mano, no negaba un abrazo.

“La quieren por ese acercamiento, y eso a nosotros nos costó trabajo aprenderlo, porque nos hacía trabajar en la madrugada, era terminar hasta la una de la mañana, y nos costaba a los trabajadores, porque hace años (en 2009) eran hasta ocho asambleas diarias”, relató.

Actualmente parece que las campañas ponen a prueba su paciencia, sobre todo cuando escucha a Santiago Taboada, candidato de la oposición, declarar en contra del Gobierno: en vez de soltar alguna grosería, se limita a decir: “¡ay, ese güero está muy mal!… sólo hace grilla”

De morado, rosa y guinda, pero nunca de azul

Brugada Molina es una mujer de flores y colores. Los espacios que tienen su mano son muy rústicos, su casa está llena de flores y desde la fachada se nota su gusto por las plantas, para emular el ambiente que conoció en Chiapas y que adoptó como su identidad no sólo para sus atuendos, también para la imagen de su gobierno.

En los inicios de su carrera política lucía prendas típicas, atribuible a que en algún momento de su carrera promovió que la gente de la comunidad rural de Chiapas, Oaxaca y Tlaxcala vendiera su ropa en bazares.

Con la campaña, su imagen cambió: sustituyó las prendas con bordados de flores por trajes sastres; su cabello chino por lacio y un tinte más claro a su tono natural. No tiene un asesor de imagen, se viste con lo que le gusta, aunque a veces no sea de su talla, cuenta un empleado.

En la campaña la veremos de morado, rosa pastel, blanco, mucho guinda, negro sólo si es algo muy importante, pero nunca de azul y amarillo, los colores de la oposición.

Su trabajo político como proyecto de vida

Brugada Molina ha hablado públicamente de su decisión de no ser madre. “Yo dije: ‘no voy a tener hijos por decisión propia’. Después de ver a todas mis compañeras mujeres con sus hijos sufriendo, porque había que cuidarlos. Yo quiero dedicarme por completo a luchas y no sentir remordimiento de conciencia de que tengo una familia y tengo que luchar. Tomé esa segunda decision y me involucré de lleno al movimiento popular y feminista”, les contó a los mismos alumnos del foro que tuvo en el IPN.

Martha Ávila, diputada de Morena, conoció a la candidata de Morena hace más de 35 años, en la Regional de Mujeres, donde, afirmó, figuró como una dirigente con rostro humano. Cuenta la legisladora que su compañera de partido hizo de la política su proyecto de vida.

“Aunque ella lo dice, y así lo creemos nosotros, nunca se ha arrepentido de esa decisión de no haber tenido hijos, para ella creo que todo esto que hoy vive es su proyecto de vida y lo ha entregado al 100 por ciento”, comentó.

Foto: Cuartoscuro.com

Clara tuvo dos parejas antes de la actual que le reclamaban mucho el tiempo y le pidieron vivir de la manera tradicional, abandonando sus proyectos sociales. Una le pidió hijos, pero ella no lo aceptó.

Actualmente tiene pareja, un hombre que conoció en la alcaldía y con quien comparte el amor por los perros (tienen varios) y el aprecio por la naturaleza, ya que él tiene conocimientos en reforestación. No hay fotografías públicas de ambos, pero sus cercanos saben que están juntos.

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La aspirante a la jefatura de Gobierno local presume su necesidad por trabajar a pesar de lesiones y cirugías: en enero de 2023, sus dos pies tuvieron esguince, por una caída ocurrida en su casa de Iztapalapa. “¡Pies para qué los quiero si tengo alas para volar!”, escribió en sus redes para anunciar que trabajaría en silla de ruedas.

En este año, a un mes de iniciar la campaña, se sometió a una cirugía de cadera. Esa intervención hará que, en el arranque del proselitismo, tenga que sostenerse en bastón.