Estampida de pánico en Costa Azul francesa por estallido de petardos; 45 heridos

Carlos Siula / Corresponsal

  · martes 16 de agosto de 2016

La actuación descontrolada de la gente se produjo tras el ruido de los petardos arrojados, al parecer, desde un vehículo y la orden de un mesero que gritó: “¡Al suelo! “¡Todos al suelo!”

PARÍS, Francia. (OEM-Informex).- El exclusivo balneario deJuan-les-Pins, en la Costa Azul francesa, vivió momentos depánico por la falsa alarma de un tiroteo, que desencadenó unaestampida generalizada que dejó 45 heridos.

Ese movimiento de pánico sobrevino el domingo a las 10:30 de lanoche, debido al estallido de unos petardos que fueron confundidoscon disparos, y crearon una ola de terror entre centenares deturistas que cenaban o tomaban un refresco en bares y restaurantesen el barrio de La Pinède, famoso por su festival internacional dejazz.

Juan-les-Pins está ubicada a 24 kilómetros de Niza, que el 14de julio fue escenario del ataque perpetrado por un lobo solitarioque arrolló con un camión a la multitud que asistía a unespectáculo pirotécnico en el Paseo de los Ingleses, que dejó 85muertos y más de 400 heridos.

El domingo por la noche, la actuación descontrolada de la gentese produjo tras el ruido de los petardos arrojados, al parecer,desde un vehículo y la orden de un mesero que gritó: “¡Alsuelo! “¡Todos al suelo!”

En su precipitación por ponerse a salvo de un eventualatentado, el público salió disparado pasando por encima de lasmesas, empujando gente y provocando tumultos. Unas 40 personasresultaron lesionadas, en su gran mayoría por heridas cortantes enlos pies tras haber pisado vajilla y vidrios rotos originados porla avalancha humana.

La reacción histérica del público puso en evidencia el estadode máxima tensión que vive la opinión pública francesa, debidoal impacto emocional creado por la ola de atentados yihadistas queprovocó 237 muertos en 20 meses.

El clima de ansiedad se agravó después del ataque de Niza ydel 26 de julio debido al impacto provocado por la decapitacióndel sacerdote Jacques Hamel, en la iglesia de la minúsculalocalidad de Saint-Étienne-du-Rouvray, al sur de Ruán.

La opinión pública tiene consciencia de que Francia es unobjetivo prioritario para el grupo yihadista Estado Islámico(EI).

En ese contexto, el episodio del domingo ocurrió pocas horasdespués de otra alarma general durante el fin de semana en lamisma localidad. Un bote sospechoso abandonado en la vía públicageneró la incertidumbre en la población y desencadenó unoperativo militar que incluyó la creación de un perímetro deseguridad de 100 metros y el despliegue de efectivos fuertementearmados. Finalmente, se trató de una falsa alarma.

Tras la estampida nocturna, las autoridades desmintieron laexistencia de un atentado terrorista y comenzaron a visualizar lasimágenes grabadas por las cámaras de seguridad para tratar deidentificar al bromista que estuvo a punto de provocar unatragedia.

Para tratar de tranquilizar a la población, actualmente hay 10mil militares movilizados en el marco de la operaciónanti-terrorista Centinela, a un costo de un millón de euros pordía. A esos efectivos, se suman unos 145 mil policías, 99 milgendarmes, tres cuerpos de élite de las fuerzas de seguridad yunos tres mil 500 agentes que dependen de los diferentes serviciosde inteligencia de la DCRI (Dirección Central de InteligenciaInterior). Además, hay otros 12 mil 500 reservistas de lagendarmería listos para ser convocados.

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