Londres, Reino Unido.- El gobierno británico de Theresa Mayllega a las negociaciones de divorcio con la Unión Europea, queempiezan el lunes, debilitado por un fiasco electoral y avistandonubarrones económicos que le hicieron suavizar su posición.
En este contexto, el ministro de Finanzas, Philip Hammond, dijoel viernes en Luxemburgo, en una reunión con sus colegas de la UE,que hay "dar prioridad a la protección de los empleos, delcrecimiento económico y de la prosperidad".
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Pero el
Las empresas británicas temen que cuando se haga efectiva laruptura, aproximadante a finales e marzo de 2019, se queden, de lanoche a la mañana, sin las facilidades para importar o exportar asus socios europeos, para vender productos financieros o paracontar con personal europeo.
Por ello, Londres insistió en que quiere negociar un acuerdocomercial al mismo tiempo que el de divorcio, algo que los socioseuropeos consideran inviable, dada la complejidad de laruptura.
Por si no lo viste:
"Nuestra opinión es que el acuerdo de salida y los términos dela relación futura tienen que ser acordados uno junto al otro",sostuvo el viernes un portavoz del Departamento para la Salida dela UE, o, como se le conoce más popularmente, el ministerio delBrexit.
"Creemos que el proceso de salida no puede concluir sin tener encuenta la futura relación, como dijo la misma UE, 'no hay acuerdosobre nada hasta que no esté todo acordado'", prosiguió.
- Una ruptura sin precedentes -
Además de la futura relación, los dos temas más espinosossobre la mesa serán el de la suerte de los 3,6 millones deciudadanos de la UE que viven en el Reino Unido y de los 900.000británicos en la UE, la mayoría en España, y la factura deldivorcio, que incluirá liquidar los compromisos presupuestariosadquiridos por Londres y otras partidas, como la aportación alas jubilaciones de los funcionarios europeos.
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