Las autoridades mexicanas tienen que implementar una estrategia de comunicación para mandar señales de confianza e informar a los mercados internacionales de que los desastres provocados por los fenómenos naturales están focalizados y con ello lograr que “sea marginal”, el impacto económico, consideraron especialistas.
En este sentido, especialistas, como José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), así como Edward Glossop, de la consultoría Capital Economics, coinciden en que si bien es prematuro dimensionar el tamaño del impacto económico de los temblores, es claro que una de las tareas inmediatas será la de difundir información a los agentes económicos de la que la actividad productiva estructural del país sigue en marcha.
“En el caso de los sismos sería oportuno difundir información de que las afectaciones no son comparables con lo que ocurrió en 1985, en donde si hubo un mayor daño, entonces será muy importante que el gobierno federal y estatales trasmitan esa imagen y que busquen generar alianzas”, comentó.
Cabe recordar que en 1985 (frente al terremoto del 19 de septiembre), la economía mexicana registró un crecimiento anual de 2.5%, pero al siguiente se desplomó en 3.7. En materia de inflación en el año del sismo el alza de precios fue de 63.75% anual y en 1986 de 105.75%.
Para este año, las expectativas de crecimiento económico apuntan (en promedio), a una expansión ligeramente por arriba del 2%, mientras que la inflación se colocaría por encima del 6.0. Para 2018, los pronósticos plantean un desarrollo de 3% y un incremento de precios de 3.5%.