La calificadora de riesgo Moody’s alertó que la cancelación de la nueva terminal aérea o serios retrasos en su apertura, tendrían implicaciones crediticias negativas no solo para el Fideicomiso del Aeropuerto de la Ciudad de México, sino también para el sector en general.
En un análisis divulgado este martes, la firma se refirió en particular a lo expresado por el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, quien se opone a la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y ha prevenido que, de ser electo, revisará el proyecto y considerará otras alternativas.
Para la agencia, esta posibilidad representa un “riesgo clave” frente al sólido tráfico aéreo en México que impulsará el perfil crediticio de los aeropuertos del país.
Moody’s precisó que el tráfico total aumentó 60% entre 2012 y 2017, es decir, un promedio de 10% anual. Una tendencia que las empresas de sector esperan que se mantenga, principalmente por viajeros de Estados Unidos y México, acompañada de una baja en el costo de los boletos por una mayor competencia.
“El desempeño financiero de los aeropuertos también se beneficia con el crecimiento de los ingresos no aeronáuticos. Los ingresos totales de los aeropuertos privados están creciendo incluso más rápido que el tráfico, a una tasa de crecimiento anual compuesta de 21% en el período 2013-2017, impulsados por ingresos no aeronáuticos tales como concesiones, las cuales aumentaron 21.2% en el mismo período”.
En consecuencia, destacó la calificadora, la situación financiera de los aeropuertos mexicanos se fortaleció y ya reportan indicadores clave más altos que el promedio de la cartera global de terminales administradas por privados.
Moody’s señaló además las implicaciones negativas de una eventual cancelación del NAIM, ya que su apertura generaría flujo de efectivo adicional para el Fideicomiso del Aeropuerto de la Ciudad de México (NAFIN), que estaría disponible para pago de servicio de la deuda debido a la mayor capacidad y crecimiento esperado del tráfico de pasajeros.
“El principal desafío de largo plazo para las compañías aeroportuarias son las restricciones de capacidad que pudieran inhibir su crecimiento”, indicó Adrián Garza, vicepresidente senior analyst de Moody’s.