Aunque con menos posibilidades, el riesgo de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte sigue presente, considera Carla Hills, representante comercial de Estados Unidos durante la presidencia de George Bush y quien negoció la primera versión del acuerdo, en los años 90.
Las elecciones presidenciales en México y las legislativas de noviembre en EU representan un desafío para los negociadores, reconoce la ahora asesora en comercio internacional, quien vivió la misma situación en 1993, cuando en su país hubo un cambio de gobierno después de firmarse el TLCAN y el nuevo presidente, Bill Clinton, solicitó algunas modificaciones al texto.
Todavía tenemos un largo camino por hacer (…) Anteriormente estaba más preocupada en que (Donald Trump) iba a terminar el acuerdo; su retórica no era alentadora. Se hicieron siete rondas, se canceló la octava para tener discusiones permanentes y veremos. La razón por la cual estoy preocupada es porque el acuerdo ha sido benéfico para las tres naciones y su gente, por lo que considero que debemos conservarlo y modernizarlo.
¿Qué le gustaría ver en el nuevo acuerdo?
Cuando nos sentamos en la mesa, en los 90, México no podía incluir el sector energético porque estaba prohibido por la Constitución. Las telecomunicaciones no estaban abiertas a la inversión (...). Podemos tener en América del Norte una autosuficiencia energética que no podíamos tener antes. Estaríamos muy contentos que ahora podamos tener ese beneficio.
Todo es posible. Podemos hacer un mejor trabajo para prevenir la entrada de bienes en las fronteras que pretenden ser productos del TLCAN (...) Si somos mejores vecinos podemos trabajar mejor juntos en su aplicación que si somos hostiles con abusos verbales.
Las condiciones laborales en México tendrán que ser negociadas con y por los mexicanos (...). Además, tenemos el mismo problema en Estados Unidos. Hoy hay una mayor brecha entre los que más tienen y los que menos tienen. El último grupo no está contento y cree que los países que se encuentran en nuestras fronteras son los responsables, pero eso no es cierto. Es la competencia internacional, las tecnologías y los cambios en la economía lo que ha provocado eso.
Como resultado del TLCAN, la cooperación entre México y Estados Unidos en materia de seguridad transfronteriza ha sido muy importante. Compartimos inteligencia, trabajamos juntos en la frontera, tratamos de frenar y agarrar a los criminales para dejar pasar sólo a las personas que puedan hacer una contribución positiva y podemos combatir y frenar a los traficantes de drogas (...) No se puede administrar una frontera sólo de un lado. Hay dos lados a las fronteras, por lo que se necesita una cooperación de tus vecinos si quieres tener una frontera eficiente. Espero que podamos continuar esta colaboración que hemos tenido hasta el momento y que ha hecho una diferencia enorme en nuestra seguridad.
El acuerdo tiene que modernizarse. No necesitamos rehacerlo, sólo actualizarlo