Las compañías de tecnología transformaron los teléfonos inteligentes y televisiones en fuentes de ingresos continuos. Ahora, las grandes tecnológicas quieren trabajar con las automotrices para hacer lo mismo con tu vehículo.
Cuando aún faltan años para el lanzamiento generalizado de automóviles autónomos, ambas industrias han convergido en la idea de que los vehículos ofrezcan servicios y características proporcionadas a través de las mismas redes inalámbricas de datos que utilizan los teléfonos inteligentes.
Esos servicios -reproducción de video, mejoras al desempeño del vehículo, comercio en el tablero- podrían ser la respuesta a una acuciante necesidad del sector automotor.
Las automotrices necesitan aprender cómo sacar más ingresos de su hardware después de que los autos salen de los locales de los concesionarios. Las tecnológicas ven a los automóviles y al tiempo que la gente pasa en ellos como una nueva frontera de crecimiento.
Los gigantes de la computación en nube Amazon y Microsoft estuvieron en la vanguardia, buscando gestionar el torrente de datos que irá y saldrá de los vehículos conectados.
El giro ocurre en momentos en que las automotrices buscan nuevas fuentes de ingresos ante una desaceleración de las ventas y crecientes costos para cumplir normas de emisiones más estrictas que amenazan sus márgenes de utilidades.