En marzo, 2.9 por ciento de la fuerza laboral de este país estaba en busca de un empleo, una tasa menor a la del mismo mes del año pasado (3.2 por ciento).
El reporte mensual del Inegi revela que si bien la tasa de desempleo (formal e informal) disminuyó durante el mes en el que se reportaron los primeros casos de Covid-19 en México, la calidad del empleo tuvo un deterioro considerable.
La tasa de subocupacion en marzo, que incluye a los mexicanos que declararon tener necesidad y disponibilidad de trabajar más horas, fue de 9.3 por ciento, la más alta desde noviembre de 2015.
Además, el porcentaje de personas que laboró en condiciones críticas aumentó a 23.2 por ciento, el más alto desde que el Inegi inició su medición, en enero de 2005.
La tasa de condiciones críticas de ocupación incluye a las personas que trabajan menos o más de 35 horas a la semana por razones ajenas a sus decisiones, con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo y las que laboran más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos.
A diferencia del Inegi, que incluye en su medición a los mexicanos que laboran en la informalidad, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportó que en el sector formal se perdieron durante marzo 130 mil 593 empleos con acceso a prestaciones. La peor cifra para un mes similar.
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