La desaceleración de la economía mexicana complicará la agenda política de la administración del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pues habrá menos ingresos disponibles para concretar los proyectos económicos en el largo plazo, advirtió Moody’s.
En un comunicado, la agencia señaló que “el débil crecimiento dio lugar a ingresos por debajo de lo presupuestado en enero y febrero, y el gobierno recortó los gastos presupuestados en respuesta”.
La agencia indicó que en un contexto de desaceleración de la economía, la respuesta de la administración, que se encaminó a un recorte del gasto de 0.5%, misma proporción esperada para la reducción de los ingresos, puede poner un freno mayor a la economía, frenar la confianza empresarial y la inversión y afectar las perspectivas de corto plazo en la economía.
“En ese caso, al gobierno le resultaría más difícil cumplir con los objetivos presupuestarios establecidos, lo que haría más desafiante preservar su compromiso con la responsabilidad fiscal más allá de 2020, ya que busca equilibrar los objetivos de política económica, que incluye el apoyo financiero continúo a Petróleos Mexicanos, una mayor cobertura de programas sociales y un mayor gasto en proyectos de infraestructura, incluida la nueva refinería”, detalla Moody’s.
La calificadora reconoció que las cuentas fiscales son manejables para el periodo 2019-2020, aunque “eventualmente generará tensiones” entre sus compromisos con mantener el déficit fiscal, ante una ausencia de medidas generadoras de ingresos, en un contexto en el que el gobierno se comprometió a no incrementar los impuestos o crear nuevos en los primeros tres años del mandato.