La reforma a la Ley del Banco de México (Banxico) no viola la autonomía del instituto central y sólo busca resolver un problema que los “bancos grandotes” no quieren atender, aseguró Alejandro Valenzuela, director general de Banco Azteca.
En entrevista con El Sol de México, Valenzuela también descartó que la reforma beneficie particularmente a Banco Azteca y, por el contrario, argumentó que le quitará clientes, porque cada vez más personas podrán enviar y recibir dólares del exterior a través de la infraestructura del Banco del Bienestar.
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El directivo recordó que cuando fue director general de Banorte, propuso desde 2008 atender la problemática, ante Agustín Carstens, quien en ese momento era secretario de Hacienda, y Guillermo Ortiz, exgobernador del Banco de México.
“Les comenté que veíamos un fenómeno de desintermediación de la banca mexicana por parte de los bancos norteamericanos. Esto es, nos estaban obligando a no solamente tener medidas mucho más restrictivas en términos de lavado de dinero, de medidas contra el financiamiento al terrorismo y asegurarnos de que los dólares físicos que estábamos recibiendo, pues, no tuvieran una mancha de sangre en ellos.
“Para mi sorpresa, pasaron los años y aquí en Banco Azteca empezamos a ver un tema todavía mucho más agudo. Fueron pasando los años y menos corresponsales estadounidenses querían tratar con bancos mexicanos.
Para Alejandro Valenzuela, la Ley Banxico está mal concebida desde su análisis, pues los bancos estadounidenses le han cerrado la puerta a las instituciones financieras mexicanas, para prevenir el lavado de dinero. “Nadie en su espíritu pensó en pegarle al autonomía del Banco de México. Yo fui funcionario de Banxico muchos años y si algo me da orgullo y me genera esa enorme satisfacción es que México tenga un Banco de México independiente y una política monetaria independiente que, además, justamente ataca uno de los principales problemas que tuvo México durante muchos años, que fue una sobre inflación.
“Pero a la vez tenemos un problema en el manejo de dólares con los Estados Unidos. Ellos imprimen esos dólares, esos dólares salen de Estados Unidos por la razón que haya sido y no los aceptan de regreso.
“Veamos la lógica: tenemos que ponernos de acuerdo en qué dólares sí pueden regresar y qué dólares no pueden regresar, pero no, simplemente vamos haciéndonos tontos y vamos dejando que esto se vaya haciendo. De tal forma que antes podíamos tener un banco grande con el cual tener un corresponsal, y esto hablo también en Banorte. De hecho los veo muy calladitos, pero bueno, ya es problema de ellos.
Aclaró que la banca extranjera que tiene presencia en el país, como Citibanamex, HSBC o BBVA, no tiene problemas porque cuentan con filiales en el extranero y pueden intercambiar dólares.
“¿Y por qué a los bancos más grandes no les interesaba el tema? Porque no son sus clientes los agricultores o la gente de bajos recursos.
“La diferencia entre un dólar a 15 y un dólar a 20, de veras que les cambia la vida. Es un tema de sentido social y aquí como que estamos luchando unos contra otros y que ahora Banco Azteca contra los demás o Ricardo Salinas contra la banca.
“Uno de los peores impuestos que puede tener una sociedad y particularmente una sociedad donde abunda la pobreza es el inflacionario, porque el que no se puede proteger contra la inflación es el que menos tiene. Entonces, tener un banco autónomo me parece que debe ser parte de la sacrosantidad de las instituciones mexicanas. Es sacrosanto”.
También señaló que Banco Azteca perderá clientes con las propuestas del gobierno federal, porque los usuarios recurrirán al Banco del Bienestar para cambiar dólares.
“Me parece que esta iniciativa lo que busca en el fondo es atacar esta realidad. Y entendámoslo así, no es unos en contra de otros, es México buscando resolver un tema que le aflige y le atañe y tiene que encontrar el eco del lado estadounidense. Punto. Yo veo que no tengo nada que sumar. Para mí esa es la convicción. Lo demás es superfluo.
INGENIO MEXICANO
El banquero destacó que durante la pandemia, los mexicanos en condición de vulnerabilidad mostraron una alta capacidad de adaptabilidad para salir adelante de la crisis.
“Lo bueno ha sido la resiliencia, la capacidad de adaptabilidad y los avances tecnológicos de la humanidad. La resiliencia lo veo, por ejemplo, en México, en el sector informal, la cantidad de individuos que encontraron nuevas actividades que hacer. Por ejemplo, el que le vendía a usted un refresco en un momento dado se dio cuenta de que ahora ya podía vender mascarillas y se pusieron a venderlas por muchos lugares; empezaron a encontrar formas de adaptarse a la nueva realidad.
“Se creó una actividad económica muy importante como consecuencia de la crisis y lo interesante de todo esto es que llegó para quedarse”.