La Asociación de Bancos de México (ABM) analiza implementar un plan de emergencia en el estado de Sinaloa ante el cierre de negocios por la ola de violencia que enfrenta la entidad.
Julio Carranza, presidente de la ABM, explicó que este plan incluiría apoyos para reestructurar créditos y posponer pagos, brindando alivio financiero a clientes afectados por la violencia.
En conferencia de prensa, agregó que este plan es similar al que aplicaron en Acapulco cuando se vio afectado por el paso del huracán Otis, es decir, que se evalúan criterios contables especiales para evitar que clientes en Sinaloa caigan en morosidad.
"Es una situación excepcional y difícil de predecir en términos de su duración, por lo que creemos que se necesitarán condiciones especiales para los clientes afectados", afirmó en conferencia de prensa.
Carranza anticipó que si la violencia continúa, estos apoyos serán necesarios, ya que muchos clientes no pueden operar sus negocios, afectando su capacidad de pago. Indicó que la preocupación del sector bancario es tanto por sus clientes como por la seguridad de sus colaboradores en el estado.
Estas medidas, detalló Carranza, replican el apoyo brindado en Acapulco tras el huracán Otis, donde los bancos otorgaron prórrogas de hasta seis meses en el pago de créditos para los afectados. Sin embargo, aclaró que aún no hay un acuerdo con las autoridades para implementar estas condiciones en Sinaloa.
Por su parte, Raúl Martínez Ostos, vicepresidente de la ABM, subrayó que ya han iniciado conversaciones con autoridades para aplicar medidas de apoyo.
"Hemos solicitado a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores considerar criterios contables especiales y trabajamos de la mano con nuestros reguladores para encontrar soluciones a esta situación alarmante", añadió.
Asimismo, aseguró que están en contacto con el personal en las sucursales para monitorear la situación y aplicar medidas de seguridad como el cierre de sucursales si la violencia pone en riesgo al personal.
Créditos al alza
Carranza detalló que hasta agosto, el crédito de la banca comercial creció 13.6 por ciento en términos nominales, mientras que el financiamiento al consumo incrementó 18.1 por ciento, el crédito empresarial creció 13.8 por ciento, y el hipotecario creció 8.2 por ciento.
“Si bien anticipamos una desaceleración en el crecimiento del crédito, actualmente las cifras son excelentes y reflejan un sector financiero dinámico.
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La ABM destacó que el próximo año enfrentará retos económicos significativos, como la desaceleración global que podría reducirse de 3.3 por ciento a 3.2 por ciento, y en Estados Unidos, el crecimiento podría caer de 2.8 por ciento a 2.2 por ciento.