MONHEIM, Alemania. Bayer tiene una estrategia para sacar de la pobreza a 100 millones de productores agrícolas de México, Sudamérica, África y Asia. Su plan: semillas de maíz, trigo, arroz, soya y frijol que, asegura, ofrecen un mayor rendimiento y resisten la sequía.
"En general, toda inversión en agricultura, y es un hecho comprobado, es lo mejor que se puede hacer para combatir a la pobreza", asegura Liam Condon, miembro del consejo de la Dirección de Bayer y presidente de la División Crop Science.
No sólo vamos ayudar a los grandes agricultores para que crezcan, nuestro objetivo es sacar a los pequeños productores de la pobreza en países en desarrollo, dijo el directivo de la empresa alemana a El Sol de México.
En el centro de investigaciones de la compañía en esta ciudad ubicada al oeste de la capital alemana, 300 agricultores, académicos, expertos del sector y unos 150 periodistas de más de 40 países se reunieron para hablar del futuro y la tecnología del sector agrícola en América Latina, Norteamérica, Asia, Europa y África.
La transnacional presentó además su plan para disminuir 30 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero que producen los sistemas de cultivos y para empoderar a agricultores en la próxima década.
—¿Todas las estrategias anunciadas están encaminadas a combatir la pobreza y el hambre?, —se le cuestionó al presidente de la División Crop Science.
—Sí. Sobre todo la estrategia de los 100 millones de pequeños agricultores es precisamente para combatir pobreza.
Al sacar de la pobreza a los agricultores en países de desarrollo se crean nuevos clientes. Las granjas serán rentables y comprarán semillas y otros insumos para detener plagas en los cultivos de maíz, frijol, soya, arroz y trigo, agrega.
Bayer, que facturó 39 mil 600 millones de euros en 2018, trabaja con pequeños agricultores mexicanos y ya está en contacto con productores de América Latina.
México es uno los cinco mercados más importantes para las divisiones y filiales de agricultura y farmacéuticos.
La firma invierte dos mil 500 millones de euros en la investigación y desarrollo de productos como maíz frijol, soya, arroz y trigo.
El plan de la alemana es incorporar a los agricultores a las cadenas de valor y mostrales los estándares de calidad y de producción sustentable que deben cumplir para suministrar sus productos a las grandes multinacionales de alimentos, explica Liam Condon.
Frente a las necesidades de alimentación de una población en crecimiento y los cambios en el ambiente, la empresa trabaja en el desarrollo de semillas inteligentes. "Se hace mucha investigación y modelos predictivos (...) si los pronósticos dicen que habrá mucha sequía entonces adaptamos nuestros productos para hacerlos resistentes", explica Condon.
Para la protección de cultivos hacemos pronósticos en cuanto a las plagas e intentamos adaptarnos a los remedios químicos y bioquímicos para combatir plagas, añade el directivo.
"La única manera de abatir la pobreza y el hambre es generando bienestar", comentó Jesús Madrazo, jefe de Asuntos Agrícolas y Sustentabilidad de la División Crop Science.
Consciente de la polémica que provoca el tema de los transgénicos, el directivo mexicano, quien trabaja desde hace más de una década en la compañía que era de Monsanto, coloca el tema en la mesa: Dicen que son peligrosos para la salud, pero se han servido trillones de alimentos así.
El compromiso de la compañía es ayudar a solucionar los problemas con las realidades únicas que el agricultor enfrenta, asegura.
Sam Eathington, director científico de The Climate Corporation y máximo responsable de agricultura digital en Bayer, habla del advenimiento de nuevas tecnologías y la innovación.
"La tecnología digital hace que hoy en la agricultura podamos prescribir soluciones específicas para cada agricultor, no importa qué tipo de agricultura si es convencional o orgánica", dice Eathington en su presentación.