Analistas de BBVA consideran que es preferible una deuda pública de 65 por ciento del PIB, pero con un crecimiento más vigoroso, a una en la que dicho indicador fuera 60 por ciento, pero con una significativa disminución en la tasa de crecimiento potencial.
El área de análisis de BBVA calculó que con una contracción económica de 7.0 por ciento en este año, la deuda pública como porcentaje del PIB aumentaría en 8.7 puntos porcentuales, mientras que con una caída de 12 por ciento, llegaría a 59.2 por ciento del PIB.
El año pasado, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), el concepto más amplio de deuda pública, disminuyó dos décimas porcentuales, para ubicar en 44.7 por ciento del PIB.
Para BBVA, la significativa contracción económica anticipada para 2020 causará un incremento significativo en el nivel de este indicador, por arriba del nivel de 52.1 por ciento del PIB que previó la Secretaría de Hacienda en sus Pre-Criterios Generales de Política Económica 2021, en los que consideró una caída de 3.0 por ciento en la actividad económica en este año.
Pero las estimaciones del banco apunta a contracciones del PIB real de entre 7.0 por ciento y 12 por ciento, lo que llevaría el saldo de la deuda pública a 53.4 por ciento y 59.2 por ciento del PIB, respectivamente.
El incremento, según el reporte elaborado por Arnulfo Rodríguez y Carlos Serrano, sería resultado de tres factores: Requerimientos Financieros del Sector Público (recursos para sustentar el gasto neto total realizado) adicional, por una caída en la recaudación tributaria; el menor PIB Nominal (el valor a precios de mercado de la producción de bienes y servicios finales producidos), y la depreciación del peso.
En diversas entrevistas, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, ha reconocido que la volatilidad en el tipo de cambio tendrá un efecto sobre el saldo de la deuda total del país en más de un billón de pesos. Al cierre de abril alcanzó un saldo histórico de 12.8 billones de pesos.
"Hubo una revaluación de la deuda de casi un billón de pesos, sin que hubiéramos tomado más deuda", dijo el 1 de junio en una entrevista con Carlos Mota, en ADN 40.
Los analistas de BBVA anticipan un panorama muy complicado para las finanzas públicas a partir de este año, por lo que sugirieron que el gobierno federal busque evitar una mayor caída de la actividad económica mediante una reasignación del gasto público que amplíe el paquete de estímulos fiscales anunciados hasta la fecha.
Esto, además de implementar una significativa respuesta fiscal contracíclica (la cual podría ser de hasta seis puntos porcentuales del PIB y ayudaría a financiar el gasto adicional), siempre y cuando estuviera acompañada de un anuncio de una reforma fiscal que entrara en vigor una vez superada la contingencia sanitaria.
Con una respuesta fiscal contracíclica como la sugerida, no solamente se evitaría un mayor crecimiento de la deuda pública como porcentaje del PIB y un menor margen de maniobra fiscal hacia delante, sino que también se aceleraría la recuperación económica después de la pandemia.
Por ello, los analistas consideran que sería preferible una situación en la que la deuda pública fuera de 65 por ciento del PIB, pero con un crecimiento más vigoroso.
El gobierno, señalan, también debería usar los fondos de estabilización de ingresos y aquellos destinados para emergencias para completar ingresos que sean destinados a contrarrestar los choques negativos de la pandemia en términos de salud y bienestar social. De otra manera, su uso solamente aumentaría los Requerimientos Financieros del Sector Público sin convertirse en un instrumento efectivo de política fiscal contracíclica.
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