En un hecho inédito, los principales países consumidores de petróleo, entre ellos Estados Unidos y China, integrarán al mercado una parte de sus reservas estratégicas de petróleo en un intento por reducir el precio del combustible, anunció la Casa Blanca este martes.
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Según informó el presidente Joe Biden, este martes dio la orden de liberar 50 millones de barriles de petróleo de las reservas estratégicas del país.
"Esta decisión se toma en paralelo con otras naciones consumidoras de energía importantes, como China, India, Japón, la República de Corea y Reino Unido", dijo la Casa Blanca.
La decisión del gobierno estadounidense llega mientras el precio de la gasolina sigue subiendo en las estaciones de servicio del país, lo que representa una grave crisis política para Biden, particularmente en el contexto de las celebraciones de Acción de Gracias, cuando una gran parte de la población se desplaza para reunirse con sus familias.
La iniciativa conjunta, presentada como inédita por los estadounidenses, busca que con el aumento de la oferta los precios bajen de forma mecánica, metiendo presión a los países productores.
El crudo ha subido en medio de la reactivación económica tras el levantamiento de restricciones por la pandemia de Covid-19.
Los rumores sobre esta operación conjunta ya venían impactando los precios del crudo, que cayó un 10 por ciento en los últimos días. Sin embargo, luego del anuncio oficial de la medida, el mercado apenas reaccionó este martes, con un retroceso de apenas el 0.39 por ciento respecto al cierre del lunes en el precio del petróleo estadounidense WTI.
En los tres meses previos, entre el 19 de agosto y el 22 de noviembre, el WTI había aumentado un 20.5 por ciento.
Para llegar al acuerdo, Washington y Pekín dejaron de lado su rivalidad, pues China también es uno de los grandes consumidores de crudo del mundo.
Buscan contra peso frente a países consumidores
Los intentos de Estados Unidos de presionar a los países productores, especialmente a Arabia Saudita, para que aumentaran su oferta, no habían funcionado hasta ahora.
Y Louise Dickson, analista de la firma Rystad Energy, explica que "esta acción histórica y poco ortodoxa es claramente un mensaje que dice a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que no es el único actor en el mercado petrolero".
"Este esfuerzo coordinado forma una alianza informal del lado de los países consumidores", en respuesta al cartel de los países productores, asegura.
Pero el presidente estadounidense también tiene en la mira a las grandes empresas del sector, señaladas de trasladar solamente a las estaciones de servicio las subidas de precio, mientras registran gigantescas ganancias.
Así, la Casa Blanca pidió hace días a la autoridad estadounidense de la competencia que se pronuncie "inmediatamente" sobre el comportamiento "eventualmente ilegal" de las compañías petroleras, y no descarta acciones judiciales.
Las reservas estadounidenses son el suministro de emergencia más grande del mundo.
Según un alto funcionario, la liberación comenzará entre mediados y fines de diciembre, y es posible que se produzcan nuevas intervenciones para estabilizar el mercado, en respuesta a la pandemia.
"Como ha dicho el presidente, los consumidores están sufriendo ahora en las estaciones de servicio", dijo el funcionario.
"El presidente está listo para tomar acciones adicionales si es necesario y está preparado para usar toda su autoridad, trabajando en coordinación con el resto del mundo para mantener un suministro adecuado a medida que se deja atrás la pandemia", agregó.
De los 50 millones de barriles que liberará Estados Unidos, 18 millones serán vendidos directamente en los próximos meses; mientras que los otros 32 millones entrarán al mercado bajo un sistema de "intercambio", pues serán devueltos a las reservas en unos años.
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Las reservas de Estados Unidos están almacenadas en locaciones subterráneas de Luisiana y Texas, que contienen 714 millones de barriles según un reporte de fines de agosto del Departamento de Energía.
Y es bastante inusual que se retiren de allí grandes cantidades, salvo en caso de urgencia. Como por ejemplo, cuando grandes huracanes afectan el Golfo de México, crucial para la producción petrolera, o en respuesta a crisis internacionales.
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