La brecha de género del ingreso laboral por hora disminuyó de 2018 a 2022 de las personas entre 25 y 54 años ocupadas, subordinadas, remuneradas y asalariadas de jornada completa, es decir, de 35 a 48 horas a la semana.
Así lo presentó la Dirección Técnica de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), con datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), al Consejo de Representantes en el Informe Mensual sobre el Comportamiento de la Economía del mes de agosto.
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En estudios previos se demuestra que la Nueva Política de Salarios Mínimos ayuda a cerrar brechas salariales de género, pues los salarios e ingresos laborales promedio de las mujeres aumentaron más respecto al de los hombres, sobre todo en la parte más baja de la distribución.
Los datos de las ENIGH de 2018 muestran que los ingresos adicionales al salario como aguinaldo, utilidades, pago de horas extras, comisiones y propinas eran de 18.1 por ciento y en 2022, este número cambió a 14.6, es decir, 3.4 puntos porcentuales.
Del mismo modo, observó que la brecha del salario por hora para 2018 fue de 12.5 por ciento mientras que para 2022 fue de 12 por ciento, esto es una diferencia de 0.5 puntos porcentuales.
En conjunto, los incrementos a los salarios mínimos tienen un impacto en la reducción de las diferencias salariales entre mujeres y hombres.
Adicionalmente se calculó la probabilidad de que las mujeres decidan participar en el mercado laboral dadas sus características sociodemográficas.
Los resultados arrojaron que las mujeres con hijos de hasta cinco años de edad tiene 5.2 por ciento menor probabilidad de participar frente a aquellas que no tienen.
La presencia de personas adultas mayores de 65 años o más también reduce a probabilidad en 1.3 por ciento.
Cuando se considera la presencia en el hogar de más mujeres adultas, la participación crece en 1.6 por ciento, dado que ellas apoyan con las labores de cuidados de las infancias, personas adultas y/o personas enfermas que recaen en mayor proporción hacia las mujeres.
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Se destaca en el informe que la redistribución de tareas y cuidados dentro de los hogares ayuda a que más mujeres puedan entrar en el mercado laboral.