Quisiera decir que todas las mamás merecen un feliz día de la madres, pero después de hacer voluntariado en instituciones de niños maltratados, o peor, me doy cuenta que no es así.
Para aquellas mamás que si han sido cariñosas, que nos han cuidado, defendido, y han sido responsables, un tarjetazo, o varios, en el día de las madres está totalmente justificado, se lo merecen.
A veces expresamos nuestro amor a ellas así, adquiriendo un montón de cosas y pensamos “…en unos meses pago esas compras y ya. Para eso sirve la tarjeta.” ¿No? Con frases como esta nos motivamos a veces a usar nuestras tarjetas de crédito más allá de nuestros planes o capacidad de pago.
Las dificultades pueden surgir después, cuando llega nuestro estado de cuenta, y descubrimos el tamaño de la deuda que adquirimos. Entonces comenzamos a preguntarnos “¿Cómo le voy a hacer para pagar? ¡Ay mamá!”
El primer paso es entender que hicimos un cambio en nuestro ritmo habitual de gasto que desequilibró nuestras finanzas. Si hubiéramos hecho un presupuesto para el día de las madres estaríamos del otro lado. Lo que necesitamos hacer es reorganizar nuestros recursos para evitar que el adeudo crezca por la generación intereses o que tengamos incumplimientos de pago que dañen nuestro historial crediticio. Para ello será necesario pagar, por lo menos, el mínimo requerido en cada uno de nuestros financiamientos.
Los pasos del plan para reponerte del tarjetazo son:
1. Modera o detén provisionalmente el uso de tu tarjeta. Por el momento, la prioridad es pagar adecuadamente el gasto adicional que hiciste con tu tarjeta; añadir consumos a ese adeudo puede desequilibrarte más.
2. Arma un presupuesto. Define y respeta un verdadero presupuesto familiar formal que te permita eliminar gastos innecesarios, concentrarte en lo que es verdaderamente importante y liberar mayores recursos para pagar tu deuda
3. Mantente tras la pista de tus gastos. Durante una semana anota todos los gastos que realices, desde el más pequeño hasta el más grande. Identifica gastos recurrentes innecesarios que puedan ser reemplazados por opciones menos costosas. Por ejemplo, si todas las mañanas pagas $25 por café y galletas a la semana gastarás $125, lo que equivale a $500 al mes y a $6,000 al año. Tal vez puedes encontrar una opción en la que gastes sólo $17 diarios, lo cual representa un ahorro de $40 a la semana, $160 al mes $1920 al año. Quizá esta cantidad no te parezca muy grande, pero si localizas ocho o nueve casos verás una clara diferencia.
4. Enfoca tus recursos. Asigna a los elementos verdaderamente importantes las cantidades que requieren y procura mantenerte apegado a ese plan. Enfoca los recursos obtenidos al reemplazar gastos altos por opciones más accesibles a aumentar el pago mensual de tu tarjeta, de este modo podrás reducir la cantidad a partir de la cual se asignan intereses y avanzar más rápido.
Si tienes dudas sobre la forma en que vas avanzando puedes consultar tu Reporte de Crédito Especial de Buró de Crédito; ahí aparece también información útil para armar tu presupuesto ya que te informa sobre los montos de tus deudas actuales, así como del pago mínimo para mantenerlo sano. Pídelo gratis una vez cada doce meses en Buró de Crédito