La producción de vivienda de menor precio, la cual es la más accesible para las personas de escasos recursos, ha disminuido su participación, siendo Veracruz, Coahuila y Yucatán las entidades que más han dejado de construirlas ante un alza en los precios de materiales de construcción y el costo de financiamiento de los desarrolladores.
De acuerdo con Registro Único de Vivienda (RUV), el estado de Veracruz presentó la mayor baja en la producción de vivienda con 14 unidades de enero a septiembre del 2023, respecto al mismo periodo del año pasado. En segunda posición, Coahuila, con 12 unidades, seguido por Yucatán al descender con nueve viviendas y Aguascalientes con tres, durante el periodo mencionado.
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Expertos comentaron que los elementos que estuvieron detrás de este retroceso en este tipo de vivienda económico social fueron por el aumento en los costos de los insumos y dificultad para la construcción de las viviendas.
“Las empresas constructoras empezaron a enfrentar un fuerte incremento en el costo de insumos en los últimos años en este segmento, por lo que dejaron de ser rentables. Además, con los cambios que hubo en la legislación con restricciones en las distancias se tornó más complicado el panorama”, comentó James Salazar, subdirector de análisis de CIBanco.
El experto agregó que los terrenos en que se puede construir ese tipo de vivienda, generalmente no están cerca los servicios públicos y son zonas más alejadas.
“Por ende se complica el desarrollo de un conjunto habitacional a un precio accesible y difícilmente van a poder construir este tipo de viviendas en una zona céntrica”, dijo Salazar.
Analistas de BBVA consideran que el decremento del valor de la producción de vivienda está causado por las tasas de inflación de los materiales de construcción observadas en el año pasado, en conjunto con el aumento en los costos de financiamiento para los desarrolladores. Aseguraron que la producción de vivienda de menor valor o popular va en aumento con valor de hasta 630 mil pesos de 2023.
Crédito se derrumba
El crédito de la banca comercial para el financiamiento de la vivienda de interés social, la de menor precio y para las personas de más escasos recursos, continúo derrumbándose en los primeros ocho meses del año.
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De acuerdo con Banco de México, el crédito hipotecario a la vivienda de interés social presenta un descenso de 5.08 por ciento real de enero a agosto del año en curso, respecto al mismo periodo del 2022, con lo que acumula nueve registros con descenso. Por el contrario, el crédito a la vivienda media y residencial continúa por el buen camino, al crecer 18.50 por ciento en el periodo antes mencionado.
“La adquisición de vivienda sigue siendo guiada por la vivienda residencial, siendo el único segmento de vivienda todavía con crecimiento constante desde la recuperación del Covid-19”, indicaron analistas de BBVA.
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