Este jueves California se convirtió en el primer estado de los Estados Unidos en prohibir la venta de coches que utilizan gasolina a partir del 2023.
Tras cinco horas de discusión en la Junta de Recursos del Aire de California (CARB por sus siglas en inglés), funcionarios estadounidenses aprobaron la medida que tiene como objetivo reducir los niveles de dióxido de carbono para las últimas dos décadas e incentivar el uso de vehículos híbridos o eléctricos.
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El gobernador de California, Gavin Newson ha calificado la medida como “intrépida” e “innovadora”, sin embargo, remarca que ayudará a transformar la industria automotriz del país.
Con la iniciativa, California se convierte en el primer estado que impone una regulación tan estricta al uso de vehículos de gasolina, ni siquiera países como Canadá o Reino Unido tienen legislaciones de tal magnitud.
“El plan es ambicioso, innovador, pero es la acción que debemos tomar si somos serios a la hora de dejar un mejor planeta para las generaciones futuras”, dijo este miércoles Newsom.
¿En qué consiste la iniciativa?
Esta nueva política está dentro del Plan Climático que firmó la semana pasada el mandatario estadounidense, Joe Biden. Para el proyecto se invertirán 370 mil millones en gastos y créditos fiscales para impulsar la energía limpia, lo que hace de este proyecto uno de los más grandes contra la lucha del cambio climático.
Según The New York Times, se espera que para esta década Estados Unidos reduzca sus emisiones hasta un 40 por ciento debajo de los niveles del 2005.
Y es que el uso de automóviles con gasolina es la principal causa de los gases de efecto invernadero y su presencia es significativa ya que representan el 28 por ciento de la huella de carbono en Estados Unidos.
Por su gran impacto, el proyecto será progresivo: para el 2026 se espera que el 35 por ciento de automóviles que estén a la venta en California deberán ser no contaminantes. Para el 2030 la cifra deberá crecer al 68 por ciento, y para el 2035 se espera que el 100 por ciento deje de utilizar automóviles de gasolina.
California calcula que para 2040, habrán recortado un 50 por ciento los gases de efecto invernadero y un 25 por ciento la emisión de smog, señala el diario El País.
Sin embargo, señalan expertos, la ley tiene que estar articulada con otras medidas ya que por sí sola no es suficiente para cumplir con la meta de eliminar las emisiones para 2050, objetivo que científicos señalan como necesario si se quieren evitar efectos irreversibles del cambio climático.
Los retos que enfrenta el proyecto
Como se esperaba los fabricantes de automóviles han señalado que los objetivos sino imposibles, son muy desafiantes, así lo expresaba John Bozzella, presidente de Alliance for Automotive Innovation, que representa a los grandes fabricantes de automóviles estadounidenses y extranjeros.
Bozzella dijo al New York Times que los fabricantes de automóviles desean ver más vehículos eléctricos en las carreteras, pero que los ordenamientos de California van a ser "extremadamente desafiantes" de cumplir.
“Si estos requisitos son realistas o alcanzables o no, está directamente relacionado con factores externos como la inflación, la infraestructura de carga y combustible, las cadenas de suministro, la mano de obra, la disponibilidad y los precios de minerales críticos y la escasez continua de semiconductores”, dijo Bozzella por correo electrónico.
Los críticos de la iniciativa señalan que adoptar de forma rápida vehículos eléctricos afectará los bolsillos ya que los precios de los autos eléctricos aún son muy altos y los compradores prefieren los automóviles de gasolina por ser más económicos.
Ann Bluntzer, directora ejecutiva del Instituto de Energía Ralph Lowe de la Universidad Cristiana de Texas, dijo en un comunicado que la conversión a vehículos eléctricos podría ejercer presión sobre las redes eléctricas.
"¿De dónde se obtiene ese aumento de poder?" dijo la Sra. Bluntzer. "¿Combustibles fósiles? ¿Viento? ¿Solar? ¿Hydro?
Hay que recalcar que los autos que estarán permitidos no deberán tener una batería que permita una autonomía de 80 kilómetros antes de cambiar a la combustión de gasolina. También, el Estado podrá sancionar a los fabricantes con multas de hasta 20 mil dólares por cada coche que no alcance los objetivos impuestos desde 2026.
Como se mencionaba, el proyecto será costoso ya que las autoridades deberán desembolsar unos dos mil 600 millones de dólares para construir puertos de carga de vehículos en toda la región en los próximos años.
Es por eso que Ann Bluntzer tiene dudas de que la red eléctrica de California esté preparada para dar el salto que está obligada a dar.
Pese a ello, fabricantes como Toyota han expresado su apoyo y han dicho que invertirán 35 millones de dólares en los próximos tres años.
También Ford ha expresado su apoyo “Estamos comprometidos con construir un futuro sin emisiones”, empresa que desembolsará 50 millones de dólares para acatar la medida.
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Las reglas sún deben ser aprobadas por el Gobierno federal, sin embargo, California ya ha dado un paso para el cambio climático, y se espera que otros estados sigan su ejemplo.