PARÍS. Países menos desarrollados, encabezados por Sudáfrica, presionaron en el foro económico de Davos al demostrar su preocupación al ver que los países ricos acaparan las vacunas.
Cuando se está a punto de superar los cien millones de casos de covid-19 en el mundo, todos los discursos oficiales de esta reunión anual de la élite política y económica mundial piden cooperación.
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Angela Merkel pidió que haya una repartición “justa” de las vacunas en todo el mundo, en un momento en que aumenta la competencia entre países debido a que la oferta de dosis es aún insuficiente.
Pero en realidad los países más ricos han tomado la delantera en la carrera por la vacunación.
Tras beneficiarse de una inversión masiva por parte de la Unión Europea, los fabricantes de vacunas contra el covid-19 “deben ahora mantener sus promesas y cumplir sus obligaciones”, advirtió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
“Debido a las cadenas de producción globales, la salud de nuestros ciudadanos y la recuperación económica mundial van de la mano. En la alianza Covax, la UE junto con 186 estados asegurará millones de dosis para los países de bajos ingresos”, afirmó.
Unas promesas que hasta ahora no han sido suficientes para tranquilizar a los países menos desarrollados.
Las acusaciones de Sudáfrica se hacen eco de las repetidas advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) contra el “nacionalismo de vacunas”.
"El dinero es una cosa y otra es la disponibilidad de la vacuna en tiempos de escasez", mencionó Merkel.
La canciller también reconoció la lentitud de su gobierno para responder a la pandemia. “La velocidad con la que actuamos dejó mucho que desear”.
“Se nos ha descontrolado. Tenemos que ser aún más estrictos, de lo contrario, en 14 días volveremos a estar donde estábamos”, comentó Merkel en el foro.
Merkel habría descrito la situación como un “polvorín”, al referirse a las nuevas variantes del virus.
Ante esta situación, el gobierno alemán se propone reducir "a casi cero" los vuelos internacionales y restringir al máximo los viajes no esenciales al país, afirma el ministro de Interior, Horst Seehofer.