En octubre pasado y mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador se preparaba para cancelar la construcción del NAIM Texcoco, el empresario Carlos Slim le envió una carta personal en la que le pidió salvar el proyecto, ofreciendo asumir los costos si éste entregaba el proyecto de Texcoco a la iniciativa privada.
La propuesta no fue una sorpresa ya que Slim había defendido públicamente la construcción del nuevo aeropuerto, sin embargo el Presidente se negó, de acuerdo con información publicada este lunes por Bloomberg.
Con la negativa la cordial relación que mantenía el magnate y el morenista se enfrió, y fue remplazada con una acogedora relación entre el Presidente y el empresario Ricardo Salinas Pliego, de Grupo Elektra.
"El aeropuerto fue un gran golpe para Slim", dijo Alejandro Schtulmann, quien dirige la consultora de riesgos políticos EMPRA en la Ciudad de México. Para el presidente, "Slim podría ser útil, pero si se percibe que está en el camino, López Obrador simplemente lo atropellará [...] No es personal, es una utilidad pragmática", se lee en la publicación.
Pese a ello el Presidente ha señalado en sus conferencias mañaneras que tiene una buena relación con el multimillonario mexicano.
"Acabo de ir a comer con Carlos Slim la semana pasada, fue una buena conversación", dijo López Obrador, sin proporcionar detalles adicionales.
Cabe señalar que el empresario no apareció en el consejo asesor de negocio que López Obrador anunció en noviembre pasado, lo que podría reflejar la fría relación.
El mes pasado, durante una conferencia matutina el Presidente anunció que Slim se retiraría muy pronto, sin embargo Arturo Elias Ayub, portavoz del magnate, desmintió y expresó comentarios más moderados.
La relación de trabajo de Carlos Slim y Andrés Manuel López Obrador se remota al año 2000, cuando el ahora Presidente fungió como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Slim y López Obrador trabajaron juntos en la renovación del Centro Histórico de la capital.