Los centros cambiarios fueron olvidados en la discusión de la reforma a la Ley del Banco de México, dijo Vianey Bañuelos, presidenta de la Asociación de Centros Cambiarios Unión Mexicali.
En entrevista con El Sol de México, la empresaria destacó que el problema de los excedentes está presente desde 2011, a raíz de una nueva regulación para prevenir el lavado de dinero. Por ello, la banca dejó de comprarles dólares al considerar que son una fuente de alto riesgo para la ejecución de este delito.
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El 14 de diciembre de 2020, detalló Bañuelos, se envió una serie de correos electrónicos al senador Ricardo Monreal para que los centros cambiarios pudieran participar en la discusión de la legislación de Banxico, pero aún no reciben una invitación a participar en el diálogo que se llevará a cabo entre enero y febrero.
“Nos contestaron de recibido y que en un futuro se pondrían en comunicación con nosotros, pero fue todo. Deseamos entrar en esta discusión, sin que se vulnere la autonomía de Banxico, pero también queremos que las autoridades sean más flexibles con todos los actores del sistema financiero”, anotó.
Según el morenista, ni Banxico ni las autoridades quieren ver interrumpido su letargo de comodidad y no han propuesto nada para apoyar a migrantes y sus familias para facilitar el cambio de divisas.
Además, la diputada panista Patricia Terrazas Baca, presidenta de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, dijo a este diario que hasta el momento no ha sido emitida ninguna convocatoria para las mesas de diálogo relativas a la reforma al Banco de México (Baxico).
Hace 10 años, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) comenzó a vigilar a los centros cambiarios para que cumplan con una clasificación de clientes, creación de expedientes, entre otras regulaciones para supervisar el intercambio de divisas.
Actualmente, estos establecimientos registran en sus sistemas a los clientes que realizan operaciones hasta por mil dólares y están obligados a crear un expediente para cada usuario cuando la transacción supere cinco mil dólares.
Si bien estos procesos son reportados ante la CNBV, los centros cambiarios también pueden alertar al regulador cuando sospechen de una operación inusual, ya sea por el monto a cambiar o actividad de la persona.
“A pesar de todos los filtros de seguridad que tenemos, los bancos no quieren abrirnos cuentas o comprar dólares, lo que a la larga nos genera un excedente que a veces ni siquiera podemos colocar entre nuestras operaciones habituales”, añadió Bañuelos. Las actividades cotidianas de compraventa en los centros de cambio del norte están ligadas, principalmente, a empresas o migrantes que buscan tener dólares para trabajar en EU, pero la mayoría no llega a mil unidades, dijo.
GIROS, EN MÍNIMOS
Entre enero y noviembre, México captó más de 36 mil 945 millones de dólares en remesas, lo que significó un crecimiento de 10.8 por ciento anual, pero 99 por ciento del total se recibió por medio de transferencias electrónicas, desplazando a los “money orders” o giros postales en efectivo, de acuerdo con datos del Banxico.
Hace 25 años, estos giros representaban casi cuatro de cada 10 dólares que los mexicanos en el extranjero enviaban a sus familias, hoy llegan a 0.4 por ciento del total de las remesas. Entre enero y noviembre de 2020, los llamados “money orders” sumaron 138.4 millones de dólares, cifra seis por ciento menor a la captada en el mismo periodo de 2019.
Los dólares en efectivo y en especie también han disminuido su participación, al pasar de 8.1 por ciento del total de las remesas en 1995 a 0.6 por ciento.
En promedio, los mexicanos en el exterior han enviado a sus familias en el país tres mil 358 millones de dólares mensuales en 2020, lo que significa que de continuar con este ritmo para el cierre del año se habrán superado los 40 mil millones de dólares en remesas.
De esta manera, México alcanzará un nuevo récord en remesas y éstas se convertirán en la principal entrada de divisas al país, de acuerdo con un pronóstico previo del banco BBVA. En noviembre, las remesas sumaron tres mil 381 millones de dólares, con lo que se hilaron siete meses de crecimiento en el envío de dinero del exterior en medio de la pandemia.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que el crecimiento de las remesas es un “milagro social” ya que estos envíos ayudaron a más de 10 mil familias.
De acuerdo con BBVA Research, debido al incremento en los envíos de dinero y a la contracción de la economía durante el año pasado, la dependencia de México hacia las remesas podría alcanzar un máximo histórico de 3.8 por ciento del PIB.
Un análisis de la institución destacó que si bien los migrantes mexicanos fueron afectados laboralmente por el confinamiento, en EU, principal emisor de remesas al país, recibieron estímulos económicos del gobierno, lo cual contribuyó al envío de dinero a sus familias.
Con información de Miguel Ensástigue