China podría acaparar la producción del nopal y sus derivados

Los productores nacionales podrían perder millones de pesos debido a que los procesos de subprodcutos del nopal no están patentados

Por Notimex

  · lunes 11 de diciembre de 2017

Foto: Cuartoscuro

La delegación Milpa Alta ocupa el primer lugar en producción de nopal verdura en la Ciudad de México, con 250 mil 292 toneladas anuales que son cultivadas en dos mil 864 hectáreas.

Sin embargo, las estimaciones de los productores indican que 60 mil toneladas de nopal no logran venderse, lo que representa 24% de las pérdidas del cultivo en la zona sur de la gran urbe.

A la señora Anastasia Catalina Guzmán Pérez no solo le preocupa esta situación, sino también que algunos países como China, estén muy interesados en incrementar su producción de nopal porque traería consecuencias para México.

Sobre la tierra que ocupa para cultivar entre 35 y 40 toneladas anuales de nopal de la variedad “Milpa Alta”, menciona que varios productores de la delegación han tenido reuniones para hablar sobre el tema y, de acuerdo con lo expuesto, China busca transformar esta cactácea en subproductos.

“A ellos (chinos) nos les interesa mucho el nopal en fresco, como a nosotros, porque lo procesan. Ellos tratan de que todo el proceso que tienen, lo patenten. Entonces, nosotros ya no vamos a poder transformarlo porque () van a tener la certificación (patente), expuso la mujer de 62 años de edad.

Con guantes de plástico y nopales con espinas en la mano, que minutos antes cortó, Guzmán Pérez menciona que a México llegarían los subproductos chinos -medicinas, alimentos y cosméticos- y dejarían a los agricultores mexicanos estancados en la producción primaria.

México vs China

La Ley de Propiedad Industrial define el concepto de la denominación de origen como “el nombre de una región geográfica del país” y sirve para designar un producto originario de la misma, con calidad o característica exclusivas, entre ellas los factores naturales y los humanos.

El Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) refiere que “una denominación de origen existe sin necesidad de que se declare la existencia de ésta, es decir, que regularmente, por la costumbre o tradición, algunos productos con características especiales o singulares son designados con el nombre o lugar donde se producen”.

Al respecto, el investigador titular del Instituto de Biología de la UNAM, Salvador Arias, afirma que si bien el país de Asia oriental puede patentar cualquier producto derivado del nopal, no es posible que obtenga la certificación de origen de éste.

“Ellos no lo pueden hacer () porque si hay una zona de origen”, aclara el experto en cactáceas, al señalar que México cuenta con casi la mitad de las 200 variedades de nopal que hay en toda América.

“Se requiere hacer un estudio del genoma del nopal y estudiar a profundidad  los factores de producción y sus características”, apunta Pedro Javana Ponce, especialista de la Universidad de Chapingo.

Esto porque esta cactácea es endémica de México y es una aportación hacia el mundo, coincide el subdirector de Servicios, Vinculación y Extensión de la Dirección de Cultura y Servicios de esa casa de estudios.

Para Arias Montes, el aspecto biológico es la razón suficiente para que China u otros países no puedan tener la denominación de origen del nopal.

Pero en principio de debe entenderse qué variedad de las casi 100 debe ser sujeta a esa certificación. “No podemos generar la denominación de origen de (todas) porque, en forma silvestre, () no reconocen los límites políticos. Hay algunas que se prologan hacia Estados Unidos y otras a Centroamérica”, insistió.

Pese a ser una especie nativa de México, China tiene ya tres mil hectáreas para producir vinos, licores, cerveza, medicina, cosméticos a partir del nopal, expuso Javana Ponce en entrevista por separado.

Refiere que México tiene el respaldo del Convenio sobre Diversidad Biológica, cuyo objetivo es una participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de recursos genéticos y “frenar la biopiratería”.

 “Debemos pensar que al no patentar los subproductos y valoramos el nopal, estamos perdidos”, concluyó Arias Montes.

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